Miguel Ángel Devesa busca repetir en Costa de Marfil su ‘victoria’ tras el alijo del Air Cocaine

Un tribunal del país africano dictará sentencia en breve plazo tras el juicio celebrado en las últimas semanas / El expolicía pontevedrés, presunto socio de cárteles colombianos e investigado por operar junto a Sito Miñanco, confesó que colaba grandes alijos de cocaína / El fiscal pide 10 años de cárcel para cada uno de los acusados
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Miguel Ángel Devesa, conocido por los cuerpos policiales de todo el mundo como uno de los principales narcotraficantes de África Occidental en los últimos 20 años, tiene ante sí la oportunidad de volver a esquivar una larga estancia en prisión. El que fue en su día (por poco tiempo, pues fue expulsado) policía nacional de la Comisaría de Pontevedra, detenido quince años atrás tras la llegada del ‘Air Cocaine’ en Mali, compareció en las últimas semanas en un tribunal de Costa de Marfil como presunto líder de la mayor red de traficantes de cocaína de esa zona del planeta, hechos que confesó, con un único objetivo: volver a esquivar una larga estancia en prisión, como consiguió hacer en su anterior proceso en el mismo continente.

La Udyco Central de la Policía Nacional logró identificar en 2022 a la red gallega del expolicía pontevedrés Devesa que operaba en África, desde donde dirigía su base de operaciones para recibir y llevar a cabo envíos de grandes cantidades de cocaína hacia Europa. Tras varias gestiones, y de forma conjunta con las autoridades de Costa de Marfil, los agentes pudieron confirmar que había dos españoles a bordo de una embarcación en riesgo de naufragar a unas 300 millas náuticas frente a las costas ghanesas, que fueron rescatados por salvamento marítimo. Ese fue el principio de la caída del capo gallego.

En el proceso judicial al que se ha enfrentado hasta el pasado 15 de abril, cuando la Fiscalía costamarfileña cerraba la acusación solicitando para él la misma pena que para sus inferiores jerárquicos (diez años de cárcel), Devesa compareció junto a otros doce acusados, entre los que se hallaban sus lugartenientes y también el representante del cártel colombiano. Precisamente Colombia sitúa al que llama el ‘Clan Devesa’ como uno de los grandes socios de alias El Gato Farfán, importantísimo capo que operaba en Ecuador hasta su detención, a la hora de realizar envíos de coca hacia Europa empleando África como puente. Farfán tendría contacto directo, por ejemplo, con la cúpula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y con el de Sinaloa, según indicó tras su detención la policía del país sudamericano.

En el proceso en Costa de Marfil, que procede de la incautación de dos toneladas de cocaína en el país, están implicados representantes políticos de San Pedro (localidad en la que se centró la investigación), entre ellas un miembro del Consejo Regional, además del comandante naval de la misma ciudad costera. Un comisario de la zona también estaría a sueldo de la organización, explicó el fiscal. No así el jefe antidrogas, que quedó exonerado tras la vista, todo ello con el beneplácito de Devesa, que, según los medios de comunicación locales, parecía tener el control durante las sesiones del juicio, aportando detalles durante los testimonios del resto de investigados.

Miguel Devesa / Narcodiario

Los hechos por los que ahora ha sido juzgado se iniciaron tras la identificación de la embarcación neumática “La Civelle”, propulsada por varios potentes motores, con dos tripulantes españoles, que fue socorrida por salvamento al presentar una vía de agua de importancia a bordo y quedar a la deriva. Sorprendentemente, ambos tripulantes rechazaron subir a bordo del buque que acudió en su socorro, limitándose a solicitarles gasolina para poder continuar navegando hacia su puerto de origen, Abidján, o hasta un lugar próximo a la costa donde podrían ser auxiliados por unos conocidos residentes en Costa de Marfil, pero ante el peligro inminente de hundimiento fueron rescatados en altamar. Ambos pertenecían a la red criminal de Devesa, según la investigación.

La lancha neumática fue abandonada hundiéndose en el agua y los dos españoles que fueron trasladados a Ghana tomaron un avión a Abidján, desde donde justificaban haber zarpado para disfrutar de una jornada de pesca deportiva de altura. Uno de los rescatados manifestó entonces que era gerente de un negocio de fabricación de hielo en San Pedro, localidad marfileña situada en la costa Oeste del país, cerca de la frontera con Liberia. El segundo hombre, con una experiencia de 25 años como pescador, trabajaba en la empresa del primero. Ambos acabaron siendo detenidos.

Continuando con la investigación, el Ghana Police Service confirmaba que un pesquero local había remolcado hasta el puerto de Tema una embarcación que habían encontrado semihundida a unas 80 millas de la costa, que carecía de nombre o signos identificativos en su casco y que descubrieron que se trataba de “La Civelle”. Durante ese período de navegación a la deriva los marineros mantuvieron comunicaciones con un amigo suyo español que también residía en Costa de Marfil, que se puso en contacto con la embajada de España en Abidján.

Por otra parte, las autoridades de Costa de Marfil recibieron una denuncia en relación a un altercado producido en un hotel entre un ciudadano colombiano y prostitutas a las que había contratado. Al acudir al lugar los agentes descubrieron 168 kilos de cocaína, por lo que el hombre, que resultó ser el ‘notario’ de la organización, fue detenido. Debido a este arresto, el Devesa, consciente de que irían a por él, inició la fuga acompañado por su madre, su mujer y su hijo, así como de uno de los marineros, miembros de la organización.

Tras los registros posteriores en la empresa del principal investigado los agentes localizaron más de 1,8 toneladas de cocaína y las autoridades de Costa del Marfil detuvieron a todo el clan en el momento en el que trataba de cruzar la frontera y salir del país. La operación se saldó con la detención de diez personas y con la incautación de dos toneladas de cocaína en la sede de la empresa de Costa de Marfil, con instalaciones en la localidad portuaria de San Pedro, situada junto a la frontera con Liberia.

En 2018, Devesa era uno de los objetivos en el marco de la operación Mito, la que acabó con el sindicato del crimen de Sito Miñanco y compañía. La Policía Nacional tiene claros indicios de que Devesa era el hombre fuerte en África de la organización, pero no consiguió atraparle con la cocaína, necesario para incriminarle con todos los argumentos posibles ante un tribunal.

A Miguel Devesa se le vincula con una operación de cocaína, conocida mediáticamente como Air Cocaine, ocurrida en 2009 en un Boeing 727 que apareció calcinado el 2 de noviembre de ese mismo año en el municipio septentrional de Tarkint, un pueblo maliense de 4.500 habitantes, en el que no hay carreteras y que escapa a los radares de aviación civil. El expolicía gallego fue detenido por la aparición de un cadáver troceado con una sierra eléctrica, escondido bajo unos sacos de cemento en un almacén de Mali. La víctima era un colombiano que viajaba con un falso pasaporte ucraniano y su cabeza, que había sido seccionada, estaba en una bolsa de plástico. Por estos hechos consiguió ser condenado a una pena de año de prisión. Entonces, tras ser descubierto aún ensangrentado, dijo que estaban cortando un cordero y, por lo visto tras la sentencia, consiguió su objetivo. Ahora apostó por colaborar, y de una forma muy intensa, con la Justicia. En África el dinero puede comprarlo todo, y él lo sabe.  ¿Volverá a salir libre?

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