José Julio Fernández Rodríguez, director del Centro de Estudios de Seguridade de la USC, Paula Corte Rengifo, oficial de enlace del Centro de Análisis y Operaciones Marítimas de Narcotráfico (MAOC-N), Macarena Arroyo Marín y Servando Caíño Dasilva, fiscales Antidroga de Campo de Gibraltar y Pontevedra, respectivamente, Xoán Carlos Xil, subdirector de Seguridad del centro penitenciario de A Lama, Juan Carlos Carballal, magistrado del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo, y los altos cargos policiales Abel R., de la Guardia Civil, Fernando Iglesias, de Vigilancia Aduanera, y Emilio Rodríguez, del Cuerpo Nacional de Policía, son el aval del documento que prepara la Fundación Galega Contra o Narcotráfico (FGCN) para elevar al próximo Gobierno central solicitando «medidas urgentes» ante la mayor escalada de alijos de cocaína de todos los tiempos que se ha revelado en los últimos meses, con hasta tres pesqueros casi consecutivos, el primer laboratorio de producción de la droga a partir de pasta base y el segundo narcosubmarino transoceánico intervenido como elementos palpables de un problema creciente.
El gerente de la Fundación, Fernando Alonso, explicó tras la jornada para profesionales ‘Narcotráfico, Violencia y Crimen Organizado, Situación actual en Europa, España, Galicia’, celebrada el miércoles en la Academia Galega de Seguridade (Agasp) en colaboración con la vicepresidencia de la Xunta de Galicia, que las conclusiones tras las ponencias de los citados expertos serán elevadas en busca de los «imprescindibles» medios técnicos y humanos que requiere un momento en el que las grandes mafias del narcotráfico han multiplicado hasta el infinito su actividad, hasta el punto de que los precios al por mayor de la cocaína en las Rías Baixas se han reducido en un 50 por ciento.
Los ajustes de cuentas están de nuevo muy latentes en las Rías Baixas. Así lo hicieron saber el miércoles en A Estrada, entre otros, el capitán Abel R., de la Guardia Civil, Fernando Iglesias, coordinador de Vigilancia Aduanera en Galicia, y Emilio Rodríguez, jefe de los Greco de la Udyco Central desplazados en la Comunidad Autónoma. Ya no solo es la
preocupación por el bestial incremento de cargamentos de cocaína que llegan a costas gallegas (los registros históricos de incautaciones revelan que las entradas en las que los narcos ‘coronan’ son también mayores que nunca), sino también por la violencia que acompaña a las personas que se dedican a ello.
«En todos los coches que tenían los investigados en la operación Brown Cod llevaban armas», declaró el guardia civil, que expuso la violencia con la que, en ocasiones, se encuentran en los operativos. Rodríguez, por su parte, expuso el riesgo que entraña la presencia del Balkan Cartel, golpeado muy recientemente por su unidad, que desmanteló la
célula que mantenía activa en el área de A Coruña para recibir cocaína en barcos pesqueros. Todos ellos señalaron que la violencia en Galicia se mantiene «silenciada», pero que se sigue dando. Para muestra, lo ocurrido recientemente con varios lancheros de A Illa cuyo paradero se desconoce.
