La Operación Depot ha sido una investigación conjunta de un mes de duración sobre un sindicato criminal dedicado al tráfico de drogas, que presuntamente importó al menos 190 kilogramos de cocaína a Nueva Zelanda procedentes de Ecuador.
La investigación, dirigida por el Grupo Nacional del Crimen Organizado de la Policía de Nueva Zelanda y la Aduana del país, se centró en interrumpir esta actividad ilegal. Se ejecutaron órdenes de allanamiento en varias propiedades en Tämaki Makaurau esta semana, donde la policía hizo el descubrimiento.
Los investigadores localizaron una gran cantidad de cocaína en una dirección comercial en New Lynn, presuntamente extraída de una pieza de maquinaria pesada parcialmente deconstruida, que había sido importada recientemente al país. La maquinaria pesada, una caldera, fue importada de Ecuador con 190 kilogramos presuntamente escondidos en su interior.
Se están realizando investigaciones, incluida la deconstrucción adicional de la caldera, para establecer la cantidad total oculta. Siete personas, con edades comprendidas entre los 21 y los 37 años, han sido detenidas y enfrentan múltiples cargos relacionados con la importación y tenencia para el suministro de cocaína, así como la participación en un grupo delictivo organizado.
El inspector de detectives del Grupo Nacional del Crimen Organizado, Paul Newman, dice que esta incautación es un hallazgo importante para ambas agencias. “Los grupos del crimen organizado están invirtiendo cantidades cada vez mayores de dinero y recursos para ocultar las drogas cuando cruzan la frontera”.
El Detective Inspector Newman dice que los grupos delictivos organizados buscan explotar las debilidades de nuestros sistemas y este resultado demuestra aún más que la Policía y la Aduana de Nueva Zelanda están bien alineados para responder a esta amenaza. “Este fue un método de ocultación muy sofisticado con una excelente colaboración de las autoridades fronterizas, que fue clave para identificar y marcar esta importación como sospechosa”.
