Absuelven a la expareja y al hijo del ‘Sito Miñanco de la heroína’

Alias Javillo también obtuvo una rebaja en su pena, fijada en seis años de cárcel / Fue detenido in fraganti a punto de recibir más de cinco kilos de heroína de manos de un colombiano en Sanxenxo
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Javillo ha vuelto a demostrar que juega bien sus cartas cuando se trata de enfrentarse a la Justicia. La Audiencia Provincial de Ourense le ha condenado, sí, pero solo a seis años de cárcel (dos menos de los que solicitaba la Fiscalía), y ha absuelto a su exesposa y a su hijo, en un fallo que causa estupor entre quienes investigan desde hace décadas al ‘Sito Miñanco de la heroína’, más aún tras la espectacular operación en la que el narco de Vilanova fue detenido en Sanxenxo (Pontevedra) cuando pretendía realizar una transacción de más de cinco kilos de heroína con un ciudadano colombiano.

El tribunal provincial con sede en la ciudad de As Burgas fue también benévolo con el sudamericano, que, previo pacto con la Fiscalía, obtuvo incluso mayores beneficios, pues se le condena a solo dos años de prisión tras reconocer los hechos que se le atribuían. El traficante gallego debe cumplir otra pena de ocho años de cárcel que le impuso en su día la Audiencia Nacional por delitos similares. Su expareja, en la misma causa, ‘debe’ tres años y medio de prisión. La reincidencia, sin embargo, pesó muy poco una vez más en el caso de Francisco Javier Janeiro, y menos aún en el de sus allegados.

Los hechos que fueron juzgados a lo largo del mes pasado tuvieron como elemento pivotante el encuentro en el entorno del Burger King de Sanxenxo (‘Burriquin’, según las anotaciones intervenidas al narco de O Salnés), el hallazgo de la heroína en manos del colombiano y de 3.000 euros en manos del vilanovés. Manuscritos que se referían a 5,5 y a 3.000 fueron localizados por los investigadores en poder de Javillo, señales inequívocas de su relación con lo sucedido. El dinero era para el pago del transporte de la droga, asegura la Policía. Fue en el mes de diciembre de 2021 cuando, en imágenes virales compartidas en primicia por este periódico, policías de paisano se abalanzaban sobre el colombiano en la gasolinera.

Javillo y su exesposa esperaban muy cerca, donde también fueron arrestados. El narco de Vilanova, que vivía a caballo entre O Salnés y Ourense en el momento del citado arresto, está cumpliendo condena por la operación Suppo-Roquefort -la de los ocho años- en la que estaba conectado con traficantes turcos del máximo nivel. Además, ha sido juzgado recientemente en la Audiencia Nacional por su relación con el fallecido Sabdullah Unnu, alias Nicol, también por tráfico de heroína a nivel internacional.

En el juicio declaró que el día en el que fue detenido había acudido a la estación de servicio de Sanxenxo a desayunar, y que nada tenía que ver con la transacción de droga que, por el contrario, sí reconoció el colombiano. El narcotraficante afirmó que en aquel momento y tras sufrir una patología coronaria dejó el tráfico de drogas, y que su dedicación sería la venta ilegal de marisco (en concreto, berberecho que, dijo, compraba a furtivos) a restaurantes de Portonovo. Señaló también que vendía coches de segunda mano a través de Internet.

En el curso de las investigaciones policiales, coordinadas desde Ourense, hubo seguimientos a Sevilla, Málaga, Madrid, Pontevedra y Ponferrada (León). Las entregas se realizaban en un garaje que Javillo tenía en la ciudad de As Burgas, según el relato de la Fiscalía. De esta forma, asegura la fiscal, «podía meter los vehículos realizar cargas y descargas lejos de la vista de curiosos». Había un segundo local para guardar la droga adquirida en Madrid, Sevilla y Pontevedra.

Sin embargo, el tribunal consideró que no estaba acreditada la jefatura de la organización por parte del más famoso de los procesados, por lo que rebajó la pena de los ocho años que pedía el Ministerio Público a los seis que se le impusieron finalmente. De hecho, las penas más severas en el proceso recayeron en otros dos vecinos de O Salnés, seis años y medio de prisión. Se les relacionó con un segundo pase, en este caso de cuatro kilos de cocaína.

En cuanto a la exesposa del principal investigado, los jueces no ignoran que conociese las actividades a las que se dedicaba su compañero, pero aseguran que no está acreditado que participase de las mismas. Algo similar alega el tribunal en relación con el hijo, en cuyo domicilio se halló cannabis que, según deja caer el fallo, podría ser fruto de su propio consumo.

La droga intervenida / Gobierno de España

Javillo ya traficaba en los años 90. Eso es lo que dicen los autos que manejaba uno de los fiscales antidroga de Pontevedra en este siglo, Luis Uriarte, ahora en la Audiencia Nacional, cuando alcanzó un acuerdo con sus letrados para imponerle una condena menor. Confesó, en aquel proceso (que culminó en 2012), que más de una década antes ya suministraba heroína no solo a clientes gallegos, sino también portugueses. Fue detenido en el año 2000 en el marco de una red que se surtía de turcos, iraníes y albaneses. Los grandes dueños de la heroína.

En aquel juicio se benefició del colapso de la Justicia, y la atenuante de dilaciones indebidas le dejó libre. Operaba ya entonces junto a su ahora exesposa que acaba de ser absuelta por una supuesta falta de pruebas. Tras esa leve pena (menos de dos años de cárcel), Javillo no tardó en reorganizarse para seguir recibiendo heroína, en este caso de personas de nacionalidad turca afincadas en Holanda. La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría de Pontevedra le siguió los pasos hasta detenerle en el marco de la operación Suppo-Roquefort. En aquel momento incautaron 10 kilos de droga en un camión e incluso pudieron cazar in fraganti al recaudador de la organización turca, detenido en Madrid con 200.000 euros en su bolsillo.

En el juicio reconoció que se movía por toda Europa para efectuar cobros a nombre de la mafia turca. Ese proceso se tradujo en una condena en firme de ocho años de cárcel para el gallego, que, antes de cumplirla, volvería a ser detenido en 2019 junto a otro turco, el conocido (y recientemente fallecido) Sabdullah Unnu, alias Nicol. Otra vez en O Salnés y otra vez heroína que llegaba a manos de Javillo. Tras un tiempo en prisión preventiva, consiguió salir de forma provisional. Cuando fue llamado por la Justicia para cumplir los ocho años ya no compareció, hasta que volvió a caer en Sanxenxo. ¿Cuál será su próxima parada?

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