“Ondeamos el tricolor nacional en el Cañón del Micay, Cauca, símbolo de institucionalidad y la esperanza que para los colombianos representan los soldados, en una región que ha sido el enclave del narcotráfico de las Disidencias de las Farc”. Así anunció el general Hélder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, la recuperación de un territorio que en los últimos tiempos estaba siendo dominado por las mafias de la coca y su procesamiento para su conversión en cocaína.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, dio su “reconocimiento y gratitud a los que, después de largas jornadas y arduos combates, logró recuperar el control del Cañón del Micay, por años en poder del EMC. Pronto estaremos en El Plateado, celebrando con las comunidades el comienzo de un futuro promisorio”. El citado enclave, ubicado en Argelia, es otro de los bastiones de los disidentes en Cauca.
Petro explicó que “este no es un combate cualquiera, ni son bombardeos fáciles donde mueren niños. Esta es la estrategia político/militar del presente gobierno. Aquí estamos recuperando un territorio para permanecer allí. Primero es la victoria militar y luego el reemplazo de una economía ilícita por una lícita. El Valle del Micay desde Argelia, Cauca, hasta el océano Pacífico tiene el 70 por ciento de la hoja de coca del Cauca. Queremos volverlo en un valle de café y cacao con su industrialización en manos exclusivamente del campesinado y las etnias de la región.
Mientras, las bandas criminales se reagrupan en el Cauca para mantener intactos sus intereses clandestinos con el fin de seguir lucrándose con la producción de droga a gran escala.