Efectivos de la Policía Nacional de Panamá, en un operativo coordinado por la Procuradoría General de la Nación del país centroamericano, incautaron un gran alijo de cocaína en el interior de un contenedor marítimo que llegó desde Estados Unidos y hacía escala en la terminal portuaria de Colón, donde, con casi total seguridad, resultó contaminado con la sustancia ilícita.
Las posteriores investigaciones efectuadas por las autoridades del país caribeño desvelaron que el buque que partió desde Norteamérica tenía como destino Europa, principal mercado mundial de la cocaína en la actualidad. Los paquetes lucían logos de distintas organizaciones, entre ellos los que imitan a la marca de coches Volkswagen.
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