Desmantelan una estructura de la Cosa Nostra que dominaba subastas públicas y traficaba con drogas en Sicilia

Contaban con el apoyo de un abogado especializado y un exconcejal para desarrollar sus actividades ilícitas con métodos mafiosos / El clan Morabito-Rapisarda dominaba el tráfico de drogas en Paternò / Se incautaron 71 kilos de sustancias estupefacientes
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Los Carabinieri de la Comandancia Provincial de Catania, con el apoyo de los departamentos especializados presentes en la Región de Sicilia han aplicado una orden de medidas cautelares personales, dictada por el juez de instrucción del Tribunal de Catania, contra 17 sujetos,  sospechosos, por diversos motivos de asociación mafiosa, así como otros delitos, tales como narcotráfico y la corrupción. De los 17 sujetos, 15 fueron sometidos a prisión preventiva, uno a arresto domiciliario con aplicación de brazalete electrónico, y uno a una prohibición temporal -por un período de un año- de ejercer la profesión de abogado.

La investigación permitió comprobar, en el territorio de Paternò, las operaciones del grupo “Morabito-Rapisarda”, atribuible al clan “Laudani” de Catania, identificando a sus principales elementos, y sus relaciones con el clan históricamente opuesto de los “Assinnata”, rama territorial de la familia Cosa Nostra de Catania “Santapaola-Ercolano”.

La compleja actividad de investigación, coordinada por la Distrital Antimafia durante el período comprendido entre diciembre de 2019 y julio de 2022, comenzó con la denuncia de un empresario local que, durante un procedimiento de venta de una propiedad en subasta, fue bloqueado por algunos individuos del clan “Morabito-Rapisarda” que lo amenazaron para retirarse de la licitación. Las investigaciones posteriores permitieron poner de relieve los intereses de la organización mafiosa en el control sistemático y generalizado de la adjudicación de subastas judiciales de propiedades situadas en las provincias de Catania, principalmente en la zona de Paterno y, en una ocasión, en la provincia de Siracusa.

El modus operandi de los miembros de la organización mafiosa habría consistido en perturbar el desarrollo regular de los procedimientos de venta de inmuebles para favorecer a determinados compradores que, previo pago de una recompensa por la actividad ilícita, recurrían al clan para compra o devolución en posesión del inmueble a nombre de los deudores ejecutados por propietarios anteriores. El pago de la suma de dinero era como compensación a favor del clan, que actuó con métodos violentos e intimidatorios contra los postores o posibles interesados, de tal manera que se garantizaba al “cliente” la adjudicación del inmueble.

En este contexto, la asociación criminal pudo contar con la existencia de relaciones de amistad con algunos delegados de ventas y, de hecho, en un caso se estimó que existía el apoyo de un abogado de Siracusa -contra quien se impuso la medida cautelar personal de prohibición de ejercer el derecho- durante un procedimiento de ejecución porque, bajo la promesa de una compensación monetaria, habría colaborado en la adjudicación del inmueble en subasta a favor del hijo de la persona a quien estaba destinado la asociación mafiosa.

El volumen de negocios, que también incluía otros tipos de transacciones inmobiliarias, habría garantizado beneficios sustanciales, con una compensación proporcional al valor del inmueble en el mercado inmobiliario, que frecuentemente habría sido compartida con el clan “Assinata”, rama territorial de la familia Cosa Nostra de Catania “Santapaola-Ercolano”. Las relaciones entre ambos clanes habrían sido facilitadas por dos de los investigados respecto de los cuales el juez de instrucción aceptó la solicitud de aplicación de la medida cautelar de prisión en relación con el delito.

Uno de ellos, ex concejal del Ayuntamiento de Paternò y empresario del sector citrícola, además de tener relaciones comerciales estables con máximos exponentes del clan mafioso, habría puesto a disposición de la población su gran conocimiento y su implicación en la política local; el otro sospechoso, un empresario agrícola, habría puesto a disposición, entre otras cosas, el almacén de su propiedad para permitir reuniones entre representantes de las dos diferentes familias mafiosas paternianas.

La asociación delictiva “Morabito-Rapisarda” también se dedicaría al tráfico de sustancias estupefacientes, especialmente marihuana, con una estructura bien organizada perfilada en el reparto de roles individuales. El clan tenía una red articulada de relaciones criminales en la zona de Catania que le garantizaba canales de suministro de la droga, procedentes de camarillas que operaban en Catania y Adrano.

Además, el grupo disponía de bases logísticas para el almacenamiento y envasado del estupefaciente, así como de un inmueble situado en el centro de la ciudad de Paternò donde se concertaban citas con los compradores. Incluso el sector de la droga, utilizado como fuente de ingresos para el fondo común, fue gestionado con el agravante de utilizar el método mafioso. Al frente del grupo habría estado uno de los exponentes del clan “Morabito-Rapisarda”. Durante las investigaciones, como confirmación de lo que surgió de las escuchas telefónicas, se incautaron en total aproximadamente 71 kilos de sustancias estupefacientes como marihuana y cocaína, y se detuvo a ocho personas en flagrante delito.

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