Abdellah El Haj Sadek El Menbri, El Messi del hachís, es probablemente el narcotraficante más buscado por las autoridades españolas. En la lista de los 50 ‘most wanted’ de Europol, lleva refugiado en su zona de confort, Marruecos, desde al menos 2019, cuando decidió huir de la Justicia en España. La Policía Nacional, que llevaba tiempo siguiendo sus pasos y que había conseguido detenerle, sabe de su paradero. En Tánger, con un séquito muy bien pagado a su alrededor, y con el beneplácito de las autoridades locales. Así lo desveló una imagen publicada por un medio de comunicación local de la que se hizo eco el diario El Mundo y el experto en crimen organizado @niporwifi, que desvelan una realidad sorprendente: en presencia de policías, está ejerciendo de presidente, entrenador y también de capitán del equipo Widad de Tánger, demostrando que el apodo de El Messi no solo le precede por su capacidad para dominar el hachís, sino también para hacerse fuerte ante todo un Estado y, por qué no, para manejarse con destreza sobre el campo de fútbol.
Las fuerzas de seguridad españolas, por su parte, observan con impotencia. Carecen de jurisdicción en suelo marroquí y, aunque ya se han comunicado con las autoridades del país vecino, que conocen a la perfección la situación, nada hacen por resolverla por el momento. Y mientras, el famoso narco sigue los pasos de otros históricos del negocio de las drogas como Pablo Escobar, mecenas de los equipos de su ciudad, Medellín, o Sito Miñanco, que ejerció el mismo papel con el Cambados de su villa natal.
Abdellah ‘El Messi’ fue, junto a Los Castaña, el principal narcotraficante en El Campo de Gibraltar. Originario de Tánger, la ciudad en la que ahora se refugia, cruzó el Estrecho hacia Algeciras siendo adolescente y gestó un gran entramado dedicado a la introducción de la droga y al blanqueo de capitales, según sostienen las autoridades españolas. Su imagen aparece en la última gran campaña de búsqueda de prófugos de Europol llamada Game Over, entre los más buscados del continente.
