Penas de entre uno y tres años de cárcel o, lo que es lo mismo, impunidad. Ese ese el resultado del juicio celebrado en un tribunal militar de España contra seis acusados de traficar con importantes cantidades de cocaína empleando para ello el buque escuela Juan Sebastián Elcano, una práctica que, según declaró acreditado Estados Unidos, llevaba realizándose durante años hasta que la DEA consiguió detectarla en Manhattan en el año 2014.
La vista oral, de cuyo resultado ofreció información eldiario.es, solo trató los hechos ocurridos en la Gran Manzana y otros barrios de Nueva York, donde los tripulantes del Juan Sebastián Elcano fueron registrados por cámaras de seguridad y señalados por testigos por entregar la mercancía ilícita que habían cargado previamente en el puerto de Cartagena de Indias, en Colombia. Nada pudo acreditarse acerca de los 127 kilos de cocaína que no fueron entregados en Estados Unidos y que llegaron a España, primero al puerto de Marín y, en segunda instancia, a Cádiz, donde fueron decomisados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
El dictamen, que afecta a dos cabos, cuatro marineros y al entonces cocinero de la histórica embarcación, les considera culpables de entregar droga en El Bronx, pero también en Times Square e incluso en las inmediaciones del punto de atraque del buque, que se ubicaba muy cerca del Museo de El Intrépido, una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad. Los acusados aprovechaban la falta de controles aduaneros aprovechando la condición militar del buque español, para mover la mercancía a su antojo en Nueva York.
Sin embargo, el juicio no sirvió para acreditar de quién era la droga que llegó a Pontevedra, primero, y a Cádiz, después, por lo que el grueso del alijo quedó sin dueño conocido y nadie acusado por ello. De los condenados, dos de los marineros que negaron los hechos recibieron penas de tres años de cárcel, mientras que los cinco restantes se quedaron con penas de entre uno y dos años al reconocer lo sucedido. El gran retraso en la instrucción provocado por el colapso judicial presente en España influyó decisivamente en las bajas penas, algo que no sucedió en la rama enjuiciada en Manhattan, cuyos responsables por los mismos hechos recibieron penas de siete y ocho años en 2019. Algunos de los procesados ya estuvieron en prisión entre cinco meses y dos años, por lo que ya habrían cumplido con lo que ahora se le impone.
