El narcotraficante gallego Marcial Dorado cuenta “su verdad”

Declara que le ofrecieron grandes sumas de dinero por hablar mal de Alberto Núñez Feijóo / Asegura que nunca ha traficado con drogas y habla de una campaña orquestada para condenarle / “Antes los banco me hacían un camino hasta la puerta y ahora no me abren una cuenta”
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Alejandro Hernández Royo, letrado del Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá de Henares, en Madrid, suscribe el envío del presente documento, redactado por Marcial Dorado Baúlde y en el que, además de volver a negar cualquier relación con el tráfico de cocaína (a pesar de que las sentencias dicen lo contrario), desvela que varias personas le ofrecieron dinero por ensuciar la imagen del expresidente de la Xunta de Galicia y actual candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo.

“En las jornadas previas a las elecciones generales del 23-J me llegaron ofertas de cifras muy elevadas de dinero para que hiciera declaraciones públicas y ensuciara la imagen de Núñez Feijóo”, explica el gallego, que añade que “siempre a través de emisarios que ya lo habían intentado cuando él era presidente de la Xunta de Galicia, pero ahora por triplicado. Digamos que los recaderos querían hacerme millonario en euros, porque en pesetas lo es cualquiera. Como no me presté al juego sucio que me propusieron, al mes siguiente -el pasado 1 de agosto- las empresas que formaban nuestro patrimonio familiar pasaron a manos del Estado”.

“Ante aquella campaña electoral sucia y rastrera que hemos padecido, con oferta millonaria incluida, quiero dejar en el aire una pregunta: ¿Cuál era la “bomba atómica” que tenía preparada el señor Sánchez contra el señor Feijóo y que iba a explotar en el único debate público que celebraron los dos líderes?”, declara Dorado Baúlde en su comunicado.

“En lo que respecta a Núñez Feijóo no tengo contacto con esa persona desde hace más de 20 años. Ni Feijóo me debe nada, ni yo le debo nada a él. Jamás se me adjudicó un contrato con la Xunta como insinúan algunos. Si lo hubiera lo habrían sacado aunque fuese de las cloacas, porque así me habrían pintado aún más ruin de lo que me pintaron”, asegura el arousano, que además de por tráfico de drogas fue condenado por blanqueo, y está considerado uno de los mayores contrabandistas de tabaco de todos los tiempos. “En la época en la que tuve amistad con el señor Feijóo (años 90) yo no me dedicaba a ningún negocio ilegal. Los altos cargos de Aduanas que me acosaron y me persiguieron durante años, incluso apartando a Guardia Civil y Policía, ya me tendrían ‘encalomado’. Algún día me explayaré sobre el impuesto revolucionario (mordidas) que me negué a pagar. Grupos políticos y mediáticos por todos conocidos me señalan y utilizan mi nombre contra el señor Feijóo, basándose en la condena que cumplí por narcotráfico. La amistad con el señor Feijóo me salió carísima, lo perdí todo, incluso la salud de mi familia. En realidad nunca fui narcotraficante, pero ningún periodista parece interesado en saber si mi condena fue justa o injusta. Me condenaron por la venta de un barco que, posteriormente, alguien pretendía usar para descargar cocaína. Por lo visto en el juicio, nunca llegó a cargar. El hombre (Roberto Leiro) al cual vendí dicho buque declaró desde el principio que yo no tenía nada que ver con ese tema pero, según reconoce en una carta ratificada ante notario: ‘yo no me presenté a juicio porque me propusieron un trato de no presentarme a mí, a Carlos Somoza e incluso a otras personas. El acuerdo era que si yo no me presentaba tendría una rebaja muy grande en la petición de fiscalía'”.

Dorado, durante un juicio / Diario de Pontevedra

Dorado añade que “efectivamente, le rebajaron la pena de 40 a 13 años. Seguiré luchando para que resplandezca la verdad sobre las ofertas realizadas a inculpados conmigo en el sumario para que declarasen falsedades contra mí a cambio de beneficios y rebajas en la petición de penas. De hecho, el falso testimonio que tuvo en cuenta el tribunal para condenarme fue el de un personaje –Carlos Somoza- que habló de oídas afirmando que ‘alguien’ le había dicho que yo participaba en el negocio ilegal. Como premio por implicarme, al susodicho le facilitaron la huida y aún no se sabe dónde está. Por contra, la persona que me compró el barco declaró en los tribunales y por carta, ratificada ante notario, que yo no tenía nada que ver con el alijo”.

Sobre el desenlace judicial de aquellos hechos, el narcotraficante (fue condenado por ello) sostiene que “mi sentencia fue política y no jurídica. Necesitaban convertirme en narcotraficante por tres cuestiones: hundir la carrera de Feijóo, apropiarse de mi patrimonio y al mismo tiempo potenciar la imagen de uno o dos magistrados ávidos de fama y dinero. Lo primero no lo consiguieron del todo, pero a mí y a mi familia nos destruyeron el trabajo de toda una vida. Se me condenó políticamente y siguen señalándome como narcotraficante porque conviene a determinados políticos rivales de Feijóo, incluso a algunas que despachaban cerca de él”.

En cuanto a su condena, el gallego se defiende. “No tengo ni idea de cómo se hace tráfico de drogas, ¿qué cargamento me pillaron?, ¿cuáles son mis contactos en ese mundo? Quienes me investigaron a fondo, tanto Policía como Guardia Civil saben perfectamente que nunca me involucré en tráfico de drogas. Mi vida es la misma de siempre: trabajo en la huerta, paseo, vivo con mi familia y peleo por defender lo mío. A pesar de todo, aún quiero creer en la justicia y espero que un día se revisará la causa que derivó en mi injusta condena”.

Sobre hechos muy recientes, Dorado Baúlde revela que “el pasado mes de junio presenté una querella contra el juez Vázquez Taín y un dirigente aduanero por amenazas, coacciones, obstrucción a la justicia y prevaricación, en relación con la causa instruida por Taín en el Juzgado de Instrucción número 1 de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) en el año 2003. Es una querella idéntica a la que ya había presentado en 2004 contra el mismo magistrado, porque a mí se me imputó en dicho juzgado y posteriormente Grande Marlaska instruyó la causa por blanqueo en la Audiencia Nacional, para acabar condenándome un tribunal sin pruebas”.

Profundizando en sus acusaciones veladas, pues no da nombres más allá de los ya conocidos, Marcial Dorado dice que “lo que se hizo conmigo viene de cuando, tras ser rechazada una comisión rogatoria a Suiza, un aduanero le habla detrás de la oreja a cierto magistrado: “Señoría, esta rogatoria está mal hecha”, porque me señalaba como contrabandista y no como narcotraficante. Este señor juez hoy está fuera de la justicia, pero pronto volverá y el otro anda impartiendo doctrina por los platós de televisión. Aunque, ahora, el Poder Judicial (CGPJ) acaba de sancionarlo por sus negocios turbios, incompatibles con su profesión jurídica”.

“Mis últimas palabras en los juicios en los que me condenaron (por narcotráfico y blanqueo) fueron para decirles a los señores jueces que mientras me quedara una gota de sangre daré la batalla para que se conozca la verdad y para que quiten el yugo del narcotráfico a mi familia”, añade el histórico contrabandista, que subraya que “toda la historia contra mí está orquestada con mentiras e incluso testigos falsos. Aún sigo y seguiré peleando para que se conozcan las ofertas realizadas a inculpados conmigo en el juicio para que declarasen falsedades contra mí a cambio de beneficios y rebajas en la petición de pena. Hay que puntualizar que hasta 2007 yo no tuve antecedente alguno, incluso en 30 años que llevaba trabajando legalmente había sido convocado a contratos por el Estado. ¿Cómo es posible que una persona tan sospechosa pudiera contratar con el Estado? Se me convocó a contratación para comprar una empresa en Marruecos, junto con Cuétara, Pascual y un grupo aceitero importante. Al final, aquella empresa que me otorgaron era una tapadera para hacer espionaje por parte del Estado. Esto se lo escuché a un periodista en una tertulia de televisión y creo que tenía razón”.

Respecto a su actual situación económica, Dorado recuerda que “antes los bancos me hacían un camino a la puerta y ahora no me abren una cuenta ni para cobrar la pensión de jubilación. De mis empresas nunca se llevaron bolsas de dinero a los bancos, todas eran transacciones legales. Yo aguanto porque llevo trabajando desde que tenía 7 años. Esto es una farsa, pero el ciudadano de a pie se acaba creyendo todo lo que le cuentan”.

Para concluir, el arousano carga contra “muchos periodistas” que, según él, “se desviven en llamarme para ver cómo pueden dañar la imagen del señor Feijóo, pero ninguno se cuestiona si lo que han hecho conmigo es justo o injusto. Eso no les parece importante a los informadores. Entiendo que están en su derecho de publicar lo que les manden, pero lamento que no piensen en lo que se sufre cuando te hacen pasar 13 años en prisión por un delito que no cometiste. Y, al salir, encontrarte con todas las empresas arruinadas por el Estado, porque ninguna empresa puede sobrevivir si le quitan el circulante del banco y ni siquiera nombraron administrador judicial, como en otros casos, para intentar salvarlas beneficiando al erario público y a los socios”.

Sobre sus últimos años en prisión, Dorado añade que “mandé una carta al juez de Vigilancia Penitenciaria para pedir algún beneficio que se concede a casi todos los reclusos. Pero no obtuve beneficios de ninguna clase. No se me concedió favor alguno, al contrario. Me querían presionar, apretaron al máximo, de un lado y del otro, para que yo hablara, incluso con visitas a prisión, pero, repito: yo jamás mentiré para perjudicar a nadie”.

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Un comentario

  1. Bueno al final, los malos,son autoridades,la droga en Galicia,no existe,el tabaco, la Coca,el hachís viene volando,
    Cómo va a aceptar un soborno, con las cantidades de dinero que tiene,

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