El 27 de noviembre, la aduana del aeropuerto de Frankfurt confiscó un total de 5,4 kilogramos de cocaína en dos maletas provenientes de Río de Janeiro, Brasil. Durante el registro de maletas, el perro de aduanas “Harro” reaccionó a una maleta azul con un rollo de tela. Durante la inspección por rayos X de la pieza de equipaje afectada, el oficial de aduanas notó un engrosamiento de la pared trasera. Investigaciones posteriores revelaron que estaba lleno de polvo. Una prueba rápida de drogas dio positivo para cocaína.
Mientras tanto, un colega siguió registrando las filas de maletas y también encontró algo. Su perro rastreador “Iván” estaba interesado en una maleta con ruedas de tela gris. Aquí, también, el funcionario encontró un doble fondo del que salía un polvo blanco. También dio positivo por cocaína. Ambas maletas contenían alrededor de 2,7 kilogramos de la droga.
En total, se trataba de una cantidad de 5,4 kilogramos con un valor en el mercado negro de unos 393.700 euros. Los presuntos contrabandistas, de 20 y 25 años respectivamente, han sido arrestados. Ambos están bajo custodia.
Isabell Gillmann, portavoz de la oficina principal de aduanas de Fráncfort del Meno: “Esto demuestra lo bien y durante cuánto tiempo funciona el olfato de un perro. Primero, el perro de servicio más viejo y completamente entrenado hizo un hallazgo, y poco después el más joven”.