La Mafia Albanesa, detrás de los 4.600 kilos de cocaína incautados en África

La Policía Nacional seguía los pasos del remolcador desde el mes de agosto en el Atlántico / Los narcotransportistas gallegos dejaron sus lanchas amarradas al saberse descubierto
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Desde el mes de agosto, hasta tres unidades diferentes del Cuerpo Nacional de Policía comenzaron a trabajar en conjunto con la intención de desmantelar una importante organización criminal internacional que operaba a ambos lados del Atlántico y que traficaba con grandes cantidades de cocaína. Las pesquisas, compartidas por el Greco Galicia con base en la Comisaría de Pontevedra, la Udyco de Vigo y la Sección de Cocaína de la Brigada Central de Estupefacientes sirvieron para conocer las intenciones de la red delictiva, que llevaría tiempo siguiendo un mismo modus operandi. Al frente de la misma estaría una doble célula de la Mafia Albanesa establecida tanto en Galicia como en Brasil, punto de carga de la sustancia ilícita. La última pieza del puzzle eran los narcotransportistas de las Rías Baixas, que, en vista de que la embarcación ya estaba en el radar policial, decidieron no sacar las lanchas y perder el alijo, como tantas otras veces, a cambio de mantener su libertad.

El abordaje / Marine Nationale

El barco, un remolcador de 21 metros de eslora, fue abordado a finales de la semana pasada en las inmediaciones del Golfo de Guinea, a unas 400 millas de la costa occidental africana. El buque Tonnerre de la Marine Nationale de Francia, que opera en las inmediaciones, fue activado tras la alerta internacional de la presencia de la embarcación sospechosa. La Drug Enforcement Administration (DEA), la National Crime Agency (NCA) de Reino Unido, la OFAST de la Policía de Francia y Europol tenían constancia de un operativo que, en su fase definitiva, fue apoyado por el MAOC-N, centro de coordinación europea de operaciones marítimas contra el narcotráfico con sede en Lisboa. Por último, también participó la Policía Federal de Brasil, país de carga de la sustancia y nacionalidad de toda la tripulación detenida. Ni un solo albanés, presuntos dueños de la droga, ni un solo gallego, responsables de su introducción en Europa, se arriesgó a adentrarse en la singladura.

La Marina activó para el abordaje los helicópteros que porta el citado buque Tonnerre, que aportaron apoyo aéreo a las lanchas de menor tamaño que realizaron al acercamiento a la embarcación sospechosa. Una vez en el interior, no fue difícil hallar la mercancía, dada la gran cantidad, 4.607 kilos, tras el pesaje definitivo.

Los movimientos del barco que finalmente sería apresado llamaron poderosamente la atención de los agentes de las comisarías de Vigo y Pontevedra por el hecho de que no tocó tierra desde el momento en el que comenzaron a investigarlo, en el mes de agosto, hasta su interceptación de las últimas horas. Se piensa que se trataba de una embarcación que se utilizaba como nodriza para realizar viajes a través del Atlántico y que entraba en contacto con otras en puntos de altamar para recibir provisiones, combustible y, cuando así lo creían conveniente, sustancias estupefacientes. Era un barco pirata en toda regla, pese a que lucía bandera de Brasil, que navegaba de Este a Oeste y viceversa por la misma ruta atlántica.

La droga / NCA

En cuanto al destino final de la mercancía, la NCA piensa que gran parte de la misma podría acabar en el Reino Unido, algo nada descartable dado el historial de las relaciones de narcos gallegos, británicos y albaneses.

Tom Dowdall, subdirector internacional de la National Crime Agency del Reino Unido, declaró que “este fue un gran alijo de cocaína que se detuvo en tránsito hacia Europa, y es muy probable que una parte de ella haya terminado aquí en el Reino Unido, alimentando la violencia y más criminalidad”. Dowdall rompió una lanza en favor de su equipo diciendo que “la inteligencia de la red de oficiales de enlace internacional de la NCA en América del Sur fue vital para el éxito de la operación, pero requirió un gran esfuerzo multinacional, y estoy agradecido por la asistencia de nuestros socios. Al trabajar con ellos, estamos decididos a hacer todo lo posible para interrumpir y desmantelar las redes criminales internacionales involucradas en este comercio mortal”.

Si bien la cooperación de varios países fue importante para el buen fin de la operación, debe destacarse la relación bilateral entre la Policía Nacional en España y la Ofast de Francia, país en el que la Udyco tiene un oficial de enlace, para la fase final de la misma. El saldo provisional es el de los citado brasileños detenidos, cinco en total, con edades comprendidas entre los 27 y los 52 años, y la incautación de la droga, almacenada en grandes bolsas negras impermeables y que ya fue destruida por las autoridades francesas en altamar.

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