Una nueva operación contra el tráfico internacional de estupefacientes liderada por la Dirección General Nacional de Seguridad (DGSN) de Marruecos sirvió para evitar la salida la Océano Atlántico de 2,1 toneladas de hachís que fueron incautadas en un zulo, ya preparadas para ser cargadas en narcolanchas, en la zona de Guelmim.

El hallazgo incluyó el decomiso de numerosos equipos de comunicaciones, tanto de telefonía como de comunicación marítima, y hasta de un bote de goma que podría ser empleado para acercar la mercancía ilícita a otra embarcación en las costas africanas más próximas a las islas Canarias, al Sur de Marruecos.

Un comentario