Las personas que se dedican a la distribución y venta de sustancias estupefacientes son cada vez más jóvenes en todo el mundo, y España no es una excepción. El último ejemplo de ello se vio en la madrugada de este domingo, cuando la Policía Local de Sevilla interceptó a un niño de 15 años en posesión de una tableta de hachís.
El joven, además, llevaba consigo una navaja que también le fue decomisada. Circulaba, además, a lomos de una moto para la que no tenía permiso, un vehículo que, además, carecía de seguro y de ITV al día. El reproche penal de personas de esta edad es limitado (la responsabilidad recae principalmente en sus progenitores), lo que, unido a las deficiencias educativas, hace que estas prácticas sean cada vez más comunes.