La Fiscalía Antidroga de la Audiencia Nacional de España ha presentado un durísimo escrito de acusación contra José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Miñanco, el narcotraficante más famoso de España, que se expone a una posible pena de 31 años de cárcel por dirigir una poderosa organización criminal, considerada por la Policía Nacional «la mayor de Europa» en el momento de ser desarticulada, en febrero de 2018. El capo, que pasa este martes por un momento personal complicado por el fallecimiento de su madre, continúa en prisión, cumpliendo una condena por blanqueo de capitales que se le impuso meses atrás en la Audiencia de Pontevedra.

El fiscal del caso, Ignacio de Lucas, señala que en el marco de la organización de Miñanco «todas las decisiones pasaban por él». Tenía a sus órdenes a personas del máximo nivel en el mundo del narcotráfico, tales como los gallegos Juan Antonio Fernández o David Pérez Lago o el colombiano Quique Arango. Colaboraba, además, con el Cártel de Liverpool, uno de sus principales clientes a la hora de la venta de la cocaína. Y desde el punto de vista legal, se asesoraba por Gonzalo Boye, letrado del expresidente de Cataluña Carles Puigdemont y que se enfrenta a más de nueve años de cárcel por blanqueo de capitales.

El macrojuicio, aún sin fecha, servirá para recordar la mayor operación policial desde la famosa Nécora, con detenciones y registros simultáneos en Madrid, Andalucía y Galicia, estando el capo en semilibertad en un chalé de Algeciras cuando fue arrestado por la Policía Nacional. La Brigada Central de Estupefacientes llevó a cabo un impecable operativo que ahora concluye con 49 personas en el banquillo de los acusados. En cuanto a la droga incautada, se atribuyen a Miñanco las cuatro toneladas de cocaína halladas en el remolcados Thoran en octubre de 2018 y los más de 600 encontrados en un contenedor en Ámsterdam poco después, si bien las autoridades policiales están seguras que tanto él como sus socios (holandeses y búlgaros están entre las personas que se van a juzgar) trabajaban en distintos puntos para introducir cocaína.

La investigación desveló, además, que el capo de Cambados tenía toda una infraestructura criminal con potentísimas narcolanchas con capacidad para montar hasta siete motores que no se veían desde décadas atrás, preparadas para salir a cientos de millas de las costas españolas en busca de los alijos.
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