Mohammed bin Saud al-Ruwaili ha sido condenado a muerte por traficar con 3,7 kilos de metanfetaminas en forma de tabletas cerca de la frontera Norte de Arabia Saudí con Jordania. Así lo señalan medios de comunicación de Oriente Medio citando fuentes del Ministerio del Interior del país árabe, en el que delitos como este suponen la pena capital para quien los comete.
En el caso concreto que acaba de ser juzgado (la sentencia se conoció este sábado), las autoridades capturaron a varias personas, la mayoría pakistaníes, pero también el citado saudí, en posesión de una droga que, según algunas fuentes, se produce en la vecina Siria, devastada en muchas de sus zonas por los efectos de la guerra.
La política de pena de muerte, que no solo se aplica en Arabia Saudí, sino también en otros países del entorno, hace que los narcotraficantes apuesten por otras vías para transportar las sustancias, bien hacia el Norte, en dirección a la Ruta de Los Balcanes, bien por el Sur, incluso rodeando África a través del Índico.