El Juzgado de Instrucción 1 de Vilagarcía de Arousa acoge desde primera hora de la mañana de hoy las comparecencias de los detenidos en el marco de la operación policial iniciada en la madrugada del domingo al lunes por los especialistas antidroga de la sección Greco Galicia con base en la Comisaría de Pontevedra (España). La cascada de detenciones, 21 en total, y los consecuentes registros, que se desarrollaron al mismo tiempo en varias localizaciones de O Salnés y A Barbanza, sirvieron para localizar a todos los miembros de una gran organización criminal presuntamente dirigida por un histórico del narcotráfico gallego, José Ramón Dorgambide Casais (también arrestado) que dedicaría sus esfuerzos delictivos a introducir hachís a gran escala desde el Norte de África hacia Europa partiendo directamente desde las Rías Baixas, con escalas en Portugal y en el Oeste de Andalucía.
Aunque la causa permanece aún bajo secreto, fuentes judiciales apuntan a que la red desmantelada está vinculada con un importantísimo alijo de la droga marroquí por excelencia que alcanzaría las cinco toneladas de peso. En paralelo, la operación permanece completamente abierta, tal y como informa el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, que ensalza la importancia de un despliegue de medios que viene a confirmar la tremenda actividad de los grupos dedicados al narcotráfico en O Salnés en el presente año.
Dorgambide es conocido desde la primera década de este siglo por colaborar activamente con el que se considera su socio principal (y vecino), David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña. Ambos fueron condenados tras la operación Roble, el mayor alijo de cocaína incautado en una playa gallega en el presente siglo. El ahora detenido consiguió huir en una primera fase de aquel operativo, pero sería detenido y condenado años después. Su familia, además, fue objeto de las iras de los sicarios tiempo después. Su mujer y su hija fueron secuestradas en unos hechos que fueron juzgados recientemente en Pontevedra. Ahora vuelve a caer cuando había regresado con fuerza inusitada al ilícito negocio del narcotráfico.
2022 ha sido el año que ha servido par acreditar al 100 por 100 la implicación de los clanes gallegos en el tráfico de hachís que se produce de una forma frenética en el Sur de España. Primero, con el hallazgo de una narcolancha a punto de ser botada a la ría de Vigo en el puerto de San Adrián de Cobres. Después, con varios operativos contra la fabricación de esas mismas narcolanchas, uno de ellos, liderado por el Grupo II de la Udyco de la Policía y el Edoa de la Guardia Civil, vinculado a un alijo de 1.620 kilos de hachís. En aquel operativo cayó otro famoso lanchero, Javier Otero Magdalena, conocido también por estar al volante de la planeadora en la que falleció un narcotraficante meses atrás en el Estrecho. Otros indicios que apuntan a esta nueva tendencia fueron las más de ocho toneladas incautadas a otro grupo gallego por el Greco Galicia en 2021, además de otras operaciones de Guardia Civil, Vigilancia Aduanera y CNP.
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