Uno de los puntos fuertes del gran operativo de Europol y la DEA que logró desmantelar el supercártel de la cocaína que operaba en todo el continente fue la detención de los principales capos de la droga que, en su mayoría, se refugiaban en Dubái. Ese fue el caso del británico al que atribuyen el liderazgo de la rama de la organización que introducía la cocaína por puertos españoles, pero también el de un individuo con pasaporte holandés de origen bosnio que se hallaba en el emirato en la fase de explotación del operativo.
De 37 años de edad, la Politie le atribuye la introducción de miles de kilos de cocaína a través del enorme puerto de Róterdam, además de blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas.