Agentes de la Policía Municipal de Madrid que operan en labores de seguridad y vigilancia de las zonas más concurridas de la capital se encontraron este domingo una imagen que, incluso con su experiencia, les resultó sorprendente. Ocurrió en el cementerio de Carabanchel, donde cuatro personas habían llegado con un auténtico arsenal bajo el brazo, entre armas de fuego y armas blancas.
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