Como resultado de exhaustivos controles conjuntos, dirigidos por la Fiscalía de Livorno y realizados en los últimos meses en el Puerto de Livorno, por los funcionarios del Departamento Antifraude local de la Oficina de Aduanas y por los financistas de la Comandancia Provincial de la Guardia di Finanza de Livorno, autoridades italianas incautaron 208 kilos de cocaína pura que los narcos habían logrado hacer llegar a Italia en dos contenedores refrigerados cargados de banano y salidos un mes antes desde una de las terminales marítimas de Guayaquil, en Ecuador, la principal lanzadera de esta droga a nivel global.
La minuciosa inspección de algunos contenedores, que en esta coyuntura contenían mercancías de diversa índole (plátano, café, madera, etc.) permitió localizar la sustancia estupefaciente, dividida en 180 paquetes embalados con cinta aislante y envueltos en una capa de plomo, Truco inútil que utilizan los narcos para conservar mejor las drogas y evadir los controles técnicos. Los expedientes utilizados por los capos de la droga no fueron suficientes y gracias a los medios utilizados en la Oficina de Aduanas de Livorno, así como a los controles manuales posteriores realizados, se encontró el enorme cargamento de drogas, hábilmente escondido.
La droga, tras ser muestreada y analizada por el laboratorio de la Agencia Local de Aduanas, a disposición del Ministerio Público, fue destruida en la incineradora de Arezzo y así arrebatada a los grupos criminales y sus puntos de venta, que habrían obtenido más de 60 millones de euros. Las actividades, realizadas en estrecha sinergia operativa entre Fiamme Gialle y ADM, fueron coordinadas por el Ministerio Público de Livorno.