Las autoridades de Italia, España y los Países Bajos llevaron a cabo en las últimas horas una operación contra una importante red de narcotráfico, que supuestamente utilizó el comercio de arte en los Países Bajos para lavar las ganancias de su negocio ilegal. Eurojust coordinó y apoyó la acción, que condujo a la detención de hasta 24 sospechosos.
Gracias a la información de las autoridades francesas, tras las exitosas operaciones de EncroChat y SkyECC, con el apoyo de Eurojust, la estructura de la red criminal pudo quedar al descubierto. La red dirigía una multitud de operaciones de tráfico de drogas a gran escala, comercializando cocaína, cannabis y ketamina, con los Países Bajos como uno de sus principales centros.
La cocaína se enviaba a puertos holandeses desde América Latina y se transportaba a Italia mediante camiones articulados y automóviles con compartimentos ocultos. Además, la organización participó en el comercio de ketamina de Lituania, que también se realizaba a través de los Países Bajos. España se utilizó como ruta comercial para el contrabando de cannabis desde el norte de África.
A partir de 2020, las autoridades tanto de los Países Bajos como de Italia lograron interceptar grandes cantidades de drogas. Ya se han producido varios arrestos de otros miembros del grupo en los últimos meses, con el día de acción como el punto culminante de las investigaciones hasta el momento.
Se realizaron búsquedas en un total de 47 lugares, incluida una galería de arte en Ámsterdam. Además, las autoridades de los Países Bajos congelaron las cuentas bancarias que supuestamente se utilizaron con fines de lavado de dinero. En total, se incautaron unos 150.000 euros en efectivo, así como más de 150 kilos de diversos tipos de drogas ilícitas.
Eurojust apoyó la operación organizando cinco reuniones preparatorias de coordinación y asistiendo en la ejecución de órdenes europeas de investigación y órdenes de detención europeas. La Agencia también habilitó la colaboración de las distintas autoridades implicadas durante la jornada, con la Polizia di Stato de Italia, la Politie de Holanda y la Policía Nacional de España al frente.
La actividad de investigación se centró en una organización criminal equipada con un aparato logístico compuesto por varias células, ubicadas entre Milán y la provincia, ocho automóviles con artefactos y dobles fondos operados electrónicamente, así como dispositivos antiespionaje y teléfonos encriptados.
El modus operandi dispuso que los integrantes no tuvieran reuniones directas y se dispusieran a “limpiar” todos los días de bichos, autos y espacios en su uso, además de utilizar únicamente teléfonos encriptados que utilizaban para comunicarse con apodos inspirados en personajes ficticios como como Obi Wan Kenobi , Granda María, Mlilly, Pinocchio o historiadores como Nestor, revolucionario anarquista ucraniano.
En el transcurso de la actividad investigativa, también surgió que los líderes de la organización criminal tenían sólidas relaciones con traficantes sudamericanos, a través de contactos italianos. También surgieron vínculos significativos con delincuentes de origen lituano, ya involucrados en otra actividad de investigación, y que dieron como resultado el contacto con Milly, uno de los dos promotores de la organización milanesa. En ese asunto, el traficante italiano fue detenido al margen de una cumbre con dos narcotraficantes lituanos porque se le encontró en posesión de una pistola semiautomática.
La organización criminal, que abastecía a numerosos traficantes de Lombardía, Lazio, Puglia y Abruzzo con grandes cantidades de drogas, incluidas cocaína, ketamina y hachís, también abastecía a los traficantes de drogas que operaban en la vida nocturna milanesa y en fiestas privadas.
Al frente de la asociación se identificó a un italiano, un delincuente de 41 años, dueño de una conocida galería de arte en Ámsterdam, donde residía efectivamente. El hombre, que en chats encriptados usaba el apodo de Banksy, un famoso artista de arte callejero, tenía relaciones con varios narcotraficantes vinculados a asociaciones delictivas de tipo mafioso y de alto nivel.
Con ellos, el hombre habría organizado y concretado una importación de 617 kilos de hachís desde España a Italia en agosto de 2020, mismo mes en el que fue detenido un cómplice con unos 70 kilos de hachís y 30 kilos de ketamina en polvo, siendo esta última el cargamento más grande incautado en Italia. Dos miembros del grupo Hells Angels jugaron un papel activo en la importación de la droga a la región de Lombardía, quienes, en la ocasión, actuaron como relevos para cargar drogas.
Según trascendió de las investigaciones, el jefe de la organización, contando con el apoyo de una vasta red que opera en las rutas de Europa, Sudamérica y Turquía, habría podido mover grandes cantidades de cocaína, ketamina y hachís en Italia a través de transportistas y empresas cómplices, utilizando coches extranjeros y correos siempre diferentes entre sí.
Gracias a las actividades de cooperación, se llevaron a cabo actividades de policía judicial no solo en España sino también en los Países Bajos, donde se encuentran algunos sospechosos. Además, se registraron algunos lugares en Ámsterdam, incluida la galería de arte, que luego fue intervenida, mientras que en Italia, se incautaron dos empresas de logística y transporte ubicadas en Pero (Milán) y Como.
La actividad investigadora que ha concluido ya se ha saldado con la detención en acto de 24 personas, la ejecución de otras 14 órdenes de custodia y la incautación de 36 kilos de cocaína, 87 kilos de hachís, 9 kilos de marihuana, 32 kilos de ketamina y unos 244 mil de euros en efectivo.
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