La playa de Black Johnson, en Sierra Leona, fue escenario hace algunas semanas de un episodio que sorprendió, y mucho, a los lugareños: el hallazgo de un semisumergible con características similares a los que se emplean en América Latina para el transporte de grandes cantidades de cocaína. Sierra Leona saltó a la fama por la presencia allí de Bolle Jos, uno de los traficantes de drogas más buscados en Europa.
La misma autoridad de Sierra Leona explica que no fue hallada droga en su interior y asegura que va a realizar todas las pesquisas forenses precisas para obtener información. Todos los indicios apuntan a que el aparato fue utilizado para una descarga de droga y que los narcos desmontaron los motores y se los llevaron para darles una nueva vida antes de abandonar el casco. La Policía explica que en su interior se apreciaban tres compartimentos, incluido uno “para el capitán” y un gran espacio de carga en la parte frontal.
El experto en crimen organizado @niporwifi asegura que la corrupción que impera en el país está sirviendo para que narcotraficantes como el prófugo ‘Bolle Jos’, relacionado sentimentalmente con una de las hijas del presidente, esté dominando el negocio, con pistas de aterrizaje de aviones como elemento pivotante para la introducción de la cocaína y su posterior traslado a Europa. El hallazgo de un narcosubmarino es un indicio más de lo que allí sucede. Si el tráfico de drogas es difícil de parar en Europa, más aún lo es a miles de kilómetros al Sur, en países con débiles estados y a menos millas de distancia de las costas de Sudamérica.