Los cuatro traficantes de drogas detenidos en septiembre pasado en posesión de una tonelada de cocaína a bordo del pesquero Lily Lola han sido condenados. 100 millones de libras es el valor que le dan las autoridades británicas al alijo, que fue decomisado en el barco cuando transitaba frente a la costa de Cornualles después de una investigación de la Agencia Nacional Contra el Crimen (NCA, por sus siglas en inglés).
Dos de los procesados, Michael Kelly, de 45 años, y Jake Marchant, de 27, se declararon culpables antes del juicio, mientras otros dos hombres, Jon Williams, de 46 años, de Windmill Terrace (St Thomas, Swansea), y Patrick Godfrey, de 31 años, de Danygraig Road, (Port Tennant, Swansea) también fueron condenados después de una vista oral en la que trascendió que la cantidad exacta decomisada asciende a 1.076 kilos.
Los hechos ocurrieron poco después de las 14.00 horas del 13 de septiembre, cuando el barco de la Fuerza Fronteriza HMC Valiant estaba de patrulla frente a la costa Norte de Cornualles y desplegó un RHIB (bote inflable de casco rígido) para interceptar al Lily Lola.
Williams, el capitán del pesquero, que había comprado el barco por unas 140.000 libras dos meses antes, estaba al timón. Marchant, sin domicilio fijo, estaba a su lado. Kelly, de Portway (Manchester) estaba en la zona de alojamiento y Godfrey dormía en una tumbona.
El Lily Lola fue llevado al Astillero Real de Plymouth y las sustancias incautadas, que fueron divididas en fardos, fueron retiradas y analizadas, demostrando que eran cocaína de alta pureza.
Posteriormente se pudo analizar un dispositivo que se encontraba a bordo del Lily Lola y se recuperaron algunos mensajes. Estos demostraban que el barco recibía instrucciones y coordenadas de un tercero que no pudo ser identificado, señal de que estaban al servicio de una organización criminal internacional.
Además, el teléfono de Godfrey mostró que envió un mensaje a alguien diciendo “borra todo lo que ves y no se lo muestres a nadie”. Su teléfono también realizó la búsqueda en Internet en la que se leía: “¿cuánto tarda un barco en salir de Perú al Reino Unido?”.
Además, se encontró un rastreador en el cargamento de drogas que los investigadores de la NCA establecieron que estaba vinculado a un usuario en América del Sur.
Williams, Godfrey y Marchant no respondieron a las preguntas inicialmente, mientras que Kelly afirmó que estaba de pesca. Sin embargo, ante las pruebas en su contra, Kelly y Marchant se declararon culpables ante el Tribunal de la Corona de Truro el 15 de octubre. Los cuatro hombres volverán a comparecer ante el tribunal el 8 de mayo para ser conocer su sentencia.
El comandante de la rama de la NCA, Derek Evans, dijo : “La NCA y la Fuerza Fronteriza han evitado que un gran cargamento de cocaína llegue a las calles del Reino Unido y de toda Europa, donde habría arruinado innumerables vidas y comunidades. Hemos interrumpido una cadena de suministro de drogas y nos hemos asegurado de que los delincuentes organizados se vean privados de las importantes ganancias que habrían obtenido si estas drogas hubieran llegado al país. La NCA trabaja día y noche con socios locales e internacionales para desmantelar las redes criminales que se benefician del destructivo tráfico de drogas”.
