La Policía Federal de Australia (AFP, por sus siglas en inglés) acusó a un hombre de Hunter Valley por su papel en el presunto intento de importación de 21 kilos de metanfetamina desde España el mes pasado. Los envíos de droga hacia el país australiano desde la Península Ibérica se detectaron a lo largo de 2024, y este es un ejemplo de ello.
El hombre, de 37 años, presuntamente tenía vínculos con un grupo de delincuencia organizada y compareció el día 7 del presente mes de febrero ante el Tribunal Local de Singleton acusado de intentar importar cantidades comerciales de drogas controladas en la frontera. Ingresó en prisión preventiva y volverá a comparecer ante el tribunal el 9 de abril de 2025.

Los oficiales de la AFP iniciaron una investigación el 15 de enero de 2025, después de la remisión de la Fuerza Fronteriza Australiana (ABF), donde los oficiales observaron una anomalía dentro de un envío que llegó por vía marítima. Las fechas indican que la operación realizada a finales de 2024 no selló todas las rutas de la metanfetamina entre ambos países.
La carga, descrita como generadores eléctricos portátiles, fue examinada por oficiales de la ABF con la ayuda de la Unidad de Perros Detectores de la ABF, donde localizaron aproximadamente 21 kilos de metanfetamina ocultos en varios paquetes envueltos individualmente.
La AFP confiscó la metanfetamina, cuyo valor estimado en la calle es de unos 19 millones de dólares y que podría haber sido vendida en unas 210.000 transacciones callejeras individuales. Los investigadores de la AFP facilitaron una entrega controlada del envío a su dirección prevista en Bulga, en el valle Hunter de Nueva Gales del Sur, donde supuestamente el hombre de 37 años tomó posesión del envío.

Se ejecutó una orden de allanamiento en una propiedad vinculada al hombre, donde la policía encontró más sustancias ilícitas y parafernalia de drogas. Los investigadores también localizaron dispositivos electrónicos, incluidos cinco teléfonos móviles que presuntamente pertenecían al hombre.
El hombre fue acusado de un delito de intento de posesión de una cantidad comercial de una droga controlada en la frontera importada ilegalmente, concretamente metanfetamina. Este delito conlleva una pena máxima de cadena perpetua.
Tras el arresto del hombre, se ejecutaron más órdenes de allanamiento en Hunterview, donde la policía localizó un presunto dispositivo explosivo. Con la ayuda de la Unidad de Rescate y Desactivación de Bombas de la Policía de Nueva Gales del Sur, el dispositivo fue identificado como una granada de uso comercial y fue confiscado por la policía. La policía también confiscó una pequeña cantidad de droga, así como más parafernalia de drogas en la propiedad de Hunterview.
El inspector interino de la AFP, Aaron Burgess, dijo que el crimen organizado grave en cualquier forma era una amenaza para la seguridad nacional.