El fiscal federal Roger B. Handberg anunció en fechas recientes que Jorge Hernán González-Ortiz, de 50 años y oriundo de Colombia, y Carlos Andrés Aldana-Gil, de 43 años y también oriundo de Colombia, se han declarado culpables de conspiración para importar cocaína a los Estados Unidos. Cada uno de ellos se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua en una prisión federal. Aún no se ha fijado una fecha para la sentencia. Se les considera responsables de una gran ruta aérea de la droga que une Cali con el archipiélago de San Andrés, punto de destino de innumerables alijos que acaban en Estados Unidos, vía Centroamérica.
Desde 2016 hasta 2023, la organización de González-Ortiz introdujo cocaína en al menos 27 vuelos comerciales en Cali, por un total de al menos 43.000 kilogramos.
De 2021 a 2023, Aldana-Gil, el segundo acusado que reconoce los hechos, trabajó en nombre de González-Ortiz en todos los aspectos logísticos de la operación de contrabando desde Cali. Recibía camiones llenos de cocaína de otros conspiradores, transportaba las drogas al aeropuerto y pagaba a un supervisor de seguridad del aeropuerto para que desviara las cámaras de seguridad de las puertas externas del aeropuerto. También contrató y pagó a los conspiradores responsables de alterar los manifiestos de carga, así como a los conductores de los carros de equipaje que cargaban las drogas en aviones comerciales. El 29 de julio de 2023, la Policía Nacional de Colombia interceptó uno de los cargamentos de cocaína de la organización después de que fuera descargado de un avión comercial en la isla de San Andrés.