La tripulación de una lancha patrullera Marine Nationale de Francia logró intervenir casi 9 toneladas de cocaína. Se trata de un duro golpe al narcotráfico, en su camino hacia Europa, por parte de las Fuerzas Armadas en las Antillas y en la Guayana Francesa. En el interior del barco, en la bodega, se localizaron 250 fardos. La tripulación estaba compuesta por solo cuatro personas y da una idea del destino de la mercancía: eran tres colombianos, dueños de la droga, y un español, representante de la organización receptora de la cocaína y dueña de parte de la misma. Se trata del primer gran alijo de cocaína de 2025 y que recuerda mucho a los dos que fueron aprehendidos por las propias autoridades francesas en 2024, que llegaron a superar las diez toneladas.

La operación, según detalló la Armada francesa, se realizó de forma coordinada con las fuerzas de seguridad interior y en estrecha colaboración con las administraciones del Estado francés: Aduanas y la Oficina Antinarcóticos (Ofast). También resultó clave el papel del Centro de Análisis e Investigaciones Marítimas sobre Narcotráfico (MAOC-N), el centro Europeo para la Cooperación Multilateral en la Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas con sede en Lisboa, y las Fuerzas Interinstitucionales Americanas en el Caribe (USA JIATFS, por sus siglas en inglés).

El operativo se desarrolló en altamar, con el buque ya tomando rumbo a Europa, a unas 1.300 millas de las costas de Martinica.
Nicolas Vajour, jefe del Estado Mayor de la Armada de Francia, señala que “este éxito puntual y colectivo no nos ciega: la Armada está haciendo más incautaciones porque se está adaptando a las modalidades del tráfico, pero también porque están aumentando bruscamente. El reto sigue siendo inmenso para el Estado en el mar. Se trata de un problema nacional y mundial“.

La Armada de Francia alcanzó un récord de más de 48 toneladas de estupefacientes incautados durante el año 2024 en la Polinesia Francesa, el Caribe, el Atlántico y el Océano Índico, lo que supone más de 1.300 millones de euros que no financiarán flujos terroristas ni del crimen organizado.

Solo el alijo decomisado, vendido al por mayor en el mercado español, más que probable punto inicial de entrada de la sustancia estupefaciente, alcanzaría un valor en el mercado ilícito de 270 millones de euros, una cantidad que subiría considerablemente en función de su destino final.
