Halil y Javi, las dos piezas que faltan en el gran puzzle de la operación Mito

La sesión del juicio contra la organización presuntamente liderada por Sito Miñanco sirvió para conocer el nombre del ‘bróker’ que no pudo ser identificado y de la persona encargada de recomprar los bienes incautados en las subastas
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La segunda sesión de la tercera semana del juicio por la operación Mito en la Audiencia Nacional sirvió para conocer el nombre de dos personas que, según se desprende de los testimonios de los agentes, tendrían papeles clave en la organización de José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco.

El más importante de ellos sería Halil, aludido por varios de los investigadores y al que este martes definieron como “el bróker“, apelativo que se emplea en la jerga policial a las personas que tienen la capacidad de mover grandes cantidades de cocaína de un lado a otro del Atlántico en relación directa con los grandes capos que, en este caso, supuestamente, sería Prado Bugallo.

Esta persona, según lo visto hasta ahora, tendría comunicación con la organización española y también con la tripulación turca que estaba en el buque Thoran que transportó el alijo de cocaína (cerca de cuatro toneladas) que se atribuyen a la red criminal del capo cambadés. “Era importante, pero nunca se le pudo identificar”, dijo uno de los agentes que comparecieron ese martes. “También se le conoció como Khalil”, añadió.

Respecto a sus relaciones con la organización criminal, una de las personas de la máxima confianza de Miñanco, Leonor Ivanova, desconfiaba de su lealtad, algo que quedó plasmado en algunas de las conversaciones que fueron interceptadas y escuchadas por la Policía Nacional a lo largo de la investigación.

En cuanto a Javi, es una persona a la que ya se aludió durante la primera semana del juicio, en el mes de noviembre, cuando uno de los policías manifestó la intención de Sito Miñanco de recuperar los bienes que, en su caso, le fuesen incautados en una redada que ya parecía sospechar.

En la sesión de este martes, otro de los policías habló de Javi como la persona clave para esta función. Fue en una conversación entre José Ramón Prado Bugallo y Luis Enrique García Arango, su número 2. En ella, el cambadés le indicaba al colombiano que “hay que hablar con Javi para ir a las subastas para comprar el astillero, el chalé de Montalvo, el piso de Cambados y el chalé de Vilagarcía“, en alusión a las propiedades que pretendía recomprar a posteriori. Sin embargo, y pese a la investigación, ni Halil ni Javi pudieron ser identificados, por lo que no se hallan entre los acusados.

En la sesión de este martes del juicio por la operación Mito, en la que Sito Miñanco y otras 46 personas se enfrentan a elevadísimas penas de cárcel por integrar “la organización criminal más poderosa de Europa”, según la Policía y la Fiscalía Antidroga, destacó la comparecencia del jefe de la operación que acabó con el abordaje del buque Thoran, que relató toda la investigación previa que aconsejó intervenir en altamar y que aseguró que el aquel momento ni él ni nadie en la Policía sabía que aquella cocaína era de Miñanco (algo que vincularían después a través de las coordenadas y las conversaciones).

Así, el policía explicó que fue la Policía de Colombia la que alertó de la partida de un buque que podría llevar una partida de cocaína. Tras investigar su ruta, los agentes comprobaron que partió de Turquía y que declaró que su destino era Albania. Sin embargo, el 2 de septiembre fue detectado frente a costas de Venezuela.

El Thoran, ya sin el alijo / Narcodiario

En esas semanas, la Agencia Nacional Contra el Crimen (NCA, por sus siglas en inglés) de Reino Unido informó de la presencia de una organización turca dedicada al transporte de cocaína que estaban investigando, cuya tripulación coincidía en parte con la del Thoran. Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil también manejaban información, por lo que se generó un equipo conjunto que abordó el barco al Noroeste de Canarias.

El inspector explicó que, tras analizar la documentación del barco y sus equipos de navegación, se constató que el destino previsto era un punto a 400 millas de Galicia, lugar al que, según las hipótesis policiales, saldría una narcolancha desde astilleros Facho para la descarga.

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