El miércoles 13 de noviembre, la Aduana de Holanda encontró 755 kilos de cocaína durante una inspección aduanera regular en el puerto de Vlissingen. Se han realizado tres arrestos. Esa fue la más importante de las tres incautaciones efectuadas en el mismo puerto en cuestión de tres días y que rozaron, en total, las 1,8 toneladas. La última, 278 kilos entre banana, tenía como destino final España.
Los 755 kilos de cocaína estaban escondidos en un cargamento de plátanos, con origen en Ecuador y con destino final en un punto del continente que los investigadores prefieren no desvelar en este momento. La droga tenía un valor en la calle de más de 56 millones de euros y ahora ha sido destruida.
Horas antes se descubrieron otros 720 kilos de cocaína en el mismo puerto de Vlissingen que, como en el caso anterior, llegaron desde las terminales portuarias de Ecuador hasta los Países Bajos.
En relación con los 755 kilos, la policía portuaria de la unidad de Zelanda-Brabante Occidental inició una investigación que condujo a tres arrestos de personas presuntamente relacionadas con la recepción de la droga.
Dos varones de 30 y 32 años del municipio de Noord-Beveland fueron detenidos en un primer momento, y un tercero, residente de Zierikzee, de 33 años, fue arrestado al día siguiente por la mañana. Todos los sospechosos están encerrados en Tower Time y tienen restricciones.
Cuando se encontró cocaína en el puerto de Vlissingen, la policía y la Real Policía Militar prestaron apoyo para proteger el lugar y sus alrededores.
En el caso de la droga que se dirigía a la Península Ibérica, 278 kilos en total, la cocaína estaba escondida en las cajas de otro cargamento de plátanos, con origen en República Dominicana y con destino final a España. La cocaína, cuyo valor en la calle supera los 20 millones de euros, ya ha sido recogida y destruida.