La semana pasada, Narcodiario informaba de la caída del mayor alijo de cocaína de todos los tiempos en un solo contenedor, 13.062 kilos (peso bruto, compuesto por 11.000 paquetes), intervenidos en el puerto de Algeciras. Antonio Duarte, jefe de la Udyco Central, señalaba este martes en el puerto gaditano que la operación estaba abierta y que el objetivo era llegar hasta el fondo del asunto. Ese mismo día se estaban efectuando numerosos registros domiciliarios a personas presuntamente relacionadas con ese alijo. De entre todos ellos destacó uno: la vivienda del inspector jefe de la sección de Delitos Económicos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. En ella, en una espectacular caleta, se hallaron más de 20 millones de euros en efectivo.

La Brigada Central de Estupefacientes sabía que era el ‘topo’ que estaban buscando, alguien con acceso a información privilegiada y que servía a diferentes clanes del Cártel de Los Balcanes, entre ellos la Mafia Albanesa, para permitirles la entrada de cargamentos de cocaína a través de los puertos españoles. Tenía una vida repleta de lujos, nada acorde con su cargo como responsable de las fuerzas de seguridad, si bien no hacía ostentación de ello. La magnitud de los cargamentos indica, además, que otros grupos criminales están detrás de parte de la droga.
La organización criminal desmantelada tenía una capacidad operativa que le había permitido introducir miles de kilos de cocaína a lo largo de los últimos años siguiendo la ruta que parte de Ecuador y acaba en España, pero que tiene a su cabeza en los Emiratos Árabes Unidos y, en concreto, en Dubái. Eso es lo que se extrae de la investigación, que incluye datos procedentes de la desencriptación de las comunicaciones de los narcos alcanzada en 2021 por las autoridades francesas y compartida con el resto de socios internacionales, incluida España.
Por lo que ha podido saber Narcodiario, 15 personas han ingresado en prisión este mismo viernes por estos hechos, entre ellos el inspector jefe. El resto de integrantes de la organización, todos ellos de nacionalidad española, se dedicarían a aportar empresas con supuesta actividad en el sector de la fruta para ocultar los grandes cargamentos de droga en contenedores. El policía aportaría la información precisa para obtener canales seguros de entrada en los puertos, evitando así las inspecciones de las autoridades.