Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con los Mossos d’Esquadra, anuncian que la organización criminal dedicada al narcotráfico internacional que acabó con la vida de un presunto criminal de origen balcánico en Tarragona está vinculada directamente al cártel mexicano de Sinaloa. Los detenidos, tal y como informó Narcodiario semanas atrás, son sospechosos de su presunta participación en el secuestro y asesinato de la citada persona, así como de la instalación de un laboratorio de metanfetamina, algo muy poco común en España.
Fruto de la investigación se determinó que el hombre habría sido secuestrado por los miembros de la organización criminal entre el 31 de mayo y el dos de junio. Posteriormente, los familiares de la víctima en Kosovo recibieron una comunicación de los secuestradores exigiendo el pago de 240.000 euros por su liberación, aportando una fotografía como prueba de vida.
Días después, la familia se puso en contacto con los agentes para informar que habían realizado un pago en criptomonedas ante la presión que tenían y bajo la condición de volver a recibir pruebas de que la víctima estaba viva. En concreto realizaron el pago de 32.000 dólares en un monedero virtual de criptomonedas, siguiendo instrucciones de la organización para dificultar el rastreo del dinero, pero en ningún momento recibieron noticias sobre la víctima y los secuestradores continuaban exigiendo nuevos pagos.
A lo largo de la investigación los especialistas en ciberdelincuencia pudieron identificar a varias personas vinculadas con esta transacción y directamente relacionadas con el secuestro. Asimismo, el equipo de investigación encontró varios indicios en el interior del vehículo en el que había viajado la víctima desde Italia a Barcelona y que se encontraba en un depósito municipal. Todo apuntó a que los secuestradores habrían utilizado este vehículo para trasladar su cuerpo desde una casa situada en Sant Andreu de Llavaneres (Barcelona) hasta una zona apartada y boscosa de la población de Botarell (Tarragona). El cuerpo sin vida de la víctima fue encontrado por los investigadores el pasado cinco de agosto en avanzado estado de descomposición.
Los secuestradores, vinculados al cártel mexicano de Sinaloa, están relacionados con delitos de tráfico de drogas a nivel internacional, delitos de blanqueo de capitales, secuestro y asesinato. Recibían paquetes de origen mexicano con metanfetamina impregnada en piezas de ropa que enviaban a Cataluña desde México y una vez en España realizaban el proceso de extracción de la sustancia estupefaciente en un laboratorio. Aunque vivían en el Maresme y Barcelona, la mayoría tenían una fuerte movilidad internacional hacia varios países europeos y México.
Las gestiones policiales permitieron situar a los investigados en domicilios del Maresme y Barcelona, donde se realizaron las entradas y registros judiciales que permitieron la detención sorpresiva de los partícipes en los hechos y la incautación de los efectos intervenidos, lo que supuso la desarticulación de esta peligrosa organización compuesta principalmente por individuos mexicanos.
La investigación culminó con un operativo policial desplegado en Barcelona, Sant Andreu de Llavaneres (Barcelona) y Sant Cebrià de Vallalta (Barcelona) con un balance de catorce personas detenidas, entre las cuales se encuentra el cerebro del secuestro y líder de la organización. Durante los registros, en cinco domicilios y en un restaurante, se localizó un laboratorio de extracción de metanfetamina impregnada en superficies sólidas como piezas de ropa, así como metanfetamina preparada para el consumo, una gran cantidad de éxtasis y una plantación de marihuana. También se intervinieron armas de fuego, material tecnológico y dinero, así como indicios relacionados directamente con el secuestro y el asesinato de un hombre. Los detenidos, once hombres y tres mujeres, tienen entre 30 y 70 años.
La víctima, de 46 años, trabajaba presuntamente para la organización y había viajado desde Italia a Barcelona para reunirse con algunos de los líderes de la red criminal. El juzgado de instrucción número 2 de Reus ha mantenido el secreto de las actuaciones durante toda la investigación con el fin de no poner en riesgo ninguna de las gestiones que se estaban realizando y que han permitido la desarticulación de la organización criminal. Con el levantamiento del secreto, los agentes comunicaron a los familiares de la víctima su muerte y la localización de su cuerpo.