La Guardia di Finanza detuvo a un ciudadano de origen marroquí en las inmediaciones de Monza, en un control de carreteras, al comprobar que transportaba una importante cantidad de hachís, cifrada en 68 kilos, oculta dentro de lo que parecían envases de conocidas marcas de snacks.
La intervención se produjo cuando se percataron de la presencia del hombre, de 48 años, en actitud sospechosa y visiblemente nerviosa, lo que condujo a los financieros a revisar el automóvil. En el interior del mismo, dentro de varias bolsas de celofán, localizaron lo que parecían envoltorios de Kinder, KitKat, Mars y Snickers que, en realidad, contenían la droga, con un valor de unos 700.000 euros en el mercado ilícito.