Agentes de la Policía de la Generalitat-Mossos d’Esquadra de la Región Policial Metropolitana Norte han desarticulado un grupo criminal, con epicentro en Mataró, que gestionaba varias plantaciones de marihuana indoor ubicadas en diferentes poblaciones de Cataluña. Los agentes desplegaron a primera hora de este jueves un operativo policial en Tarragona, Mataró, San Iscle de Vallalta, Malgrat de Marc, Cervelló y Matadapera que contó con la participación de equipos de orden público, la unidad canina y la unidad de drones.
A finales de julio de 2024 se inició una investigación sobre esta red criminal, a partir de diferentes indicios que confirmaban la existencia de diversas plantaciones de marihuana gestionadas por un grupo establecido en el Maresme. Las gestiones de investigación permitieron detectar cómo las personas que lideraban el grupo criminal se desplazaban por los diferentes domicilios con comida y otros efectos y las entregaban a las personas que se encontraban trabajando en las casas como jardineros y que podían pasar semanas sin salir de estas.
Los líderes del grupo también compraban en grow shops útiles necesarios para el cultivo de marihuana. Los domicilios de los principales investigados se encontraban en Mataró y Malgrat de Mar y se desplazaban hasta localidades como Tarragona, Matadepera, Cervelló, Sant Iscle de Vallalta o Maçanet de la Selva donde habían establecido las plantaciones.
A lo largo de ese tiempo, la investigación pudo determinar que en los domicilios investigados los consumos eléctricos eran muy elevados y se estaba defraudando el fluido eléctrico. De hecho, durante las vigilancias establecidas se pudo comprobar cómo algunos de los investigados manipulaba contadores de luz que estaban en la calle.
En el marco de la investigación, el pasado 24 de septiembre, los investigadores detectaron a dos personas que salían de uno de los domicilios en Maçanet de la Selva y que mostraban preocupación e incluso alguno de ellos parecía estar llorando pero, todo y que la situación era anómala, los investigadores no pudieron saber lo que estaba pasando. El mismo día por la noche, un abogado se presentó en dependencias de Mossos d’Esquadra de Reus e informó de que un cliente suyo le había informado de que había encontrado a una persona muerta en un domicilio de Maçanet de la Selva, que resultó ser lo que estaban investigando.
Los Mossos se desplazaron hasta el lugar de los hechos y localizaron el cuerpo sin vida de una persona que presuntamente vivía en la casa y se encargaba de cuidar la plantación de marihuana de más de 900 plantas que se localizó en su interior. La autopsia determinó que la muerte había sido por causas naturales.
A partir de ese incidente, los investigados cambiaron sus rutinas. Abandonaron su domicilio en Mataró y se desplazaron a otro domicilio. En las casas en las que se encontraban las plantaciones no se observaba vida cotidiana diaria, las ventanas estaban cerradas y persianas bajadas y el único movimiento que se observaba era la llegada de las personas investigadas para llevar los diferentes suministros de material para la plantación o comida por las personas que se encontraban en el interior, los llamados jardineros.
Por los indicios recogidos hasta el momento fruto de las vigilancias y seguimientos así como de la inspección del suministro eléctrico, los investigadores concluyeron que se encontraban frente a cuatro plantaciones indoor de marihuana ‘de clausura’. Este tipo de plantación responde a que la persona que cuida el cultivo se encuentra encerrado en el interior y realiza tareas de mantenimiento, recolección, secado y envasado de la sustancia, así como la vigilancia y seguridad del cultivo. Sale el exterior rara vez, con el fin de no ser detectado y eludir o dificultar una potencial investigación policial sin prejuicio de los testaferros que puedan haber.
A raíz de esta investigación, también se pudo constatar que las plantaciones investigadas se encontraban lejos una de las otras para que en caso de una actuación policial no pudieran relacionarse. Además, estaban alquiladas a nombres de terceros con contratos falsificados y con alquileres de las casas que ascienden a más de 10.000 euros al mes.