El Ejército de Colombia toma el bastión cocalero de las disidencias de las FARC

1.400 militares y policías se hacen con el control de un punto estratégico para la producción de cocaína a nivel internacional / El presidente anuncia la implantación de políticas para reconvertir la economía del Cañón del Micay hacia cultivos lícitos / Los cárteles de la droga ven cortadas importantes líneas de suministro
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A lo largo de la jornada de este sábado, 12 de octubre, un amplio operativo conjunto liderado por el Ejército Nacional de Colombia, con apoyo de la Policía Nacional y coordinado por la Fiscalía General de la Nación, permitió a la Fuerza Pública recuperar El Plateado, el gran bastión de la producción de hoja de coca para su posterior transformación en clorhidrato de cocaína en el Sur de Cauca, al Sur del país. Lugares como ese son esenciales para los posteriores acuerdos entre los disidentes y los grandes cárteles de la cocaína a nivel mundial para el envío de la droga por todos los medios de transporte.

“Por orden del presidente de la república y después de más de 5 años de dominio sobre el Plateado, que convirtió la región en una bolsa internacional de la cocaína, entra el ejército de la Patria, de Bolívar, Nariño y Santander al Plateado. Hoy el Plateado es Colombia”. Así celebraba el presidente del país, Gustavo Petro, la acción militar en el marco de la operación Perseo, un plan estratégico dirigido a derrotar a los disidentes de las FARC reconvertidos a narcos tras su presunta desmilitarización y a reconvertir la economía de enclaves del Cañón del Micay, históricamente dedicados al cultivo de coca, hacia actividades lícitas.

“A todos los campesinos del Cañón del Micay, se les entregarán, después de la acción militar, el poder en la región, semillas de producción lícita y atención social del Estado”, añadió Petro. “En el Plateado se realizará un gobierno en el territorio para dialogar sobre el avance social de la región. Cada institución pública debe elaborar el plan de la misión Cauca en Paz. Con el campesinado consultaremos sobre la represa del Micay cuya energía, si la construimos, irá a la población de la región y todo el litoral Pacífico para el desarrollo popular”, concluye el presidente.

Esta ofensiva concentró las capacidades militares más avanzadas, incluyendo aeronaves, artillería, vehículos blindados y sistemas de vigilancia y control. Está dirigida en contra de los grupos armados ilegales que históricamente han afectado a la población con múltiples crímenes, entre ellos el reclutamiento forzado, homicidios selectivos, secuestros y el uso indiscriminado de artefactos explosivos. Grupos como la estructura Carlos Patiño y la Segunda Marquetalia han coaccionado a los habitantes para mantener cultivos ilícitos, principal fuente de sus rentas ilegales, según detalla el Ejército colombiano.

La Fuerza Aérea Colombiana en coordinación con la Policía Nacional se suman al esfuerzo con componentes humanos y técnicos. Su labor será fundamental para detectar y afectar las principales rutas y corredores de movilidad de los criminales, así como sus economías ilícitas. Las tropas, conformadas en gran parte por unidades de Fuerzas Especiales, cuentan con capacidades diferenciales y entrenamiento enfocado en áreas urbanas.

La operación incluye acciones de Acción Integral de las Fuerzas Militares, enfocadas en fortalecer el bienestar comunitario, proteger a la población y prevenir delitos como el reclutamiento forzado.

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