Una investigación relacionada con el blanqueo de capitales procedente del tráfico internacional de cocaína ha desembocado en una nueva detención de Jonas Falk, conocido como ‘El Pablo Escobar sueco’, acusado de extorsionar a una gran empresa de su país dirigida por un antiguo socio suyo, Joachim Kuylenstierna, y en cuyo consejo directivo se encuentran, entre otros, el ex primer ministro Carl Bildt, o el ex gobernador de Estocolmo, según revela en su libro operación Playa, de Rikard Anderson. Falk ha sido detenido en Sitges, donde reside desde hace ya muchos años, cuando saltó a la fama por adquirir la discoteca Pachá con fondos supuestamente ilícitos.
El arresto de Falk proviene de una Orden Europea de Detención y Entrega solicitada por una fiscal sueca en base a una denuncia por extorsión por parte de la citada firma. La exigencia del narco viene dada por una inversión efectuada en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria. Falk y su tía, Harriette Broman, que en su momento tuvo relación con el citado Kuylenstierna, aportaron el equivalente a cuatro millones de euros para salvar a la firma de la quiebra. Meses después, el ahora extorsionado logró vender aquella empresa y obtuvo cinco millones limpios, con los que comenzó un nuevo negocio muy próspero mediante la compra de activos a muy bajo precio por la crisis del ladrillo. Fue en ese momento cuando introdujo en la misma a los políticos suecos. En 2014 comenzaría a cotizar en la bolsa de Estocolmo, según explica Anderson en su libro, que se publicará en español en los próximos meses.
Al parecer, Falk y su gente consideran que aquella inversión de 2009 se traduciría en la actualidad en una cantidad muy superior. En su momento, Harriette Broman denunció a Joaquim, pero perdió en los tribunales. Ahora, según las autoridades suecas, habría contratado a un importante grupo de sicarios para cobrarse esa presunta deuda, habiendo efectuado amenazas de muerte e incluso intentado incendiar propiedades del empresario objetivo de la extorsión.

El ‘Pablo Escobar sueco’ saltó a la fama en 2022 años después de la operación Playa por ser uno de los objetivos de la operación Medellín, uno de los grandes trabajos de la Policía Nacional contra el tráfico internacional de cocaína en el que fueron detenidos, entre otros, Fikri Amellah, actualmente en libertad provisional tras una decisión judicial sorprendente, y Andrés Murillo Figueroa, que vivía rodeado de lujos en Colombia. La red enviaba grandes partidas de cocaína en veleros dirigidos por narcotraficantes gallegos desde Sudamérica a Europa.