La localidad de Santa Oliva (Tarragona, España) fue escenario de una operación contra el tráfico de marihuana que resultó sorprendente tras comprobar el sistema empleado por los sospechosos para hacer crecer las plantas con más rapidez. En el lugar, un chalé alquilado y modificado para tal fin, se localizaron bombonas de dióxido de carbono, precisas para esa función que permitía que más droga llegase más pronto a sus clientes, ubicados en el Norte de Europa.
Los Mossos d’Esquadra llegaron a la ubicación a raíz de las denuncias de los propietarios del chalé, que observaban obras interiores clandestinas por parte de los inquilinos. Solo uno de ellos, de 22 años, pudo ser detenido. Los otros dos están identificados, pero lograron escapar.
Los narcos, además, defraudaban el fluido eléctrico para abastecer su cultivo indoor. En el marco de los registros, además de las bombonas y todo el material preciso para el crecimiento, se intervinieron unas 600 plantas, así como cogollos ya listos para su envío al exterior.