LSD, metanfetaminas, cocaína, hachís, marihuana, éxtasis, pero también pistolas semiautomáticas, municiones y silenciadores: estos son sólo algunos de los productos que la Guardia di Finanza de la Comandancia Provincial de Grosseto, tras un cuidadoso seguimiento de la red, encontró para venta a través de un canal de Telegram, activo en Follonica, una localidad turística de la Toscana italiana, que contaba con más de 2.700 suscriptores.
De hecho, cada vez es más frecuente que los malos actores, creyendo erróneamente que actúan sin dejar rastro, utilicen plataformas informáticas para perpetrar tráfico ilícito. La acción de Fiamme Gialle tiene como objetivo cortar de raíz estos fenómenos, que son especialmente insidiosos para los más jóvenes, que ahora sólo necesitan un teléfono inteligente común para acceder a la multitud de contenidos presentes en Internet, incluso los más dañinos.
En concreto, los militares de la Compañía de Follonica, tras el control económico generalizado del territorio, realizado también asiduamente en la red, han identificado un verdadero mercado ilegal en línea, accesible a través de la conocida aplicación de mensajería instantánea, que permitía un vasto comercio virtual. Catálogo completo con precios, imágenes y vídeos demostrativos de los productos del mercado. La tienda digital también anunció promociones temporales y proporcionó actualizaciones continuas sobre la disponibilidad de productos.
El canal, inaugurado en julio del año pasado, estaba activo los 7 días de la semana y prometía entregas en 24 horas en toda Italia, y en la ciudad de Follonica incluso dentro de los 25 minutos siguientes a la finalización del pedido. Los pagos se realizarán estrictamente mediante criptomonedas o tarjetas para promover el anonimato y limitar la trazabilidad de los movimientos.
Como resultado de las investigaciones de la policía judicial, realizadas también mediante delicadas actividades de “acoso tecnológico”, el canal Telegram que estaba bajo el control de la Fiamme Gialle fue objeto de embargo por orden del GIP en el Tribunal de Grosseto, para evitar perpetrar actividades ilegales peligrosas.
Esta clase de prácticas a través de la citada aplicación y de otras se desarrolla de forma rutinaria en distintos países del mundo, incluida España, en la actualidad.