La Policía de Costa Rica, en una operación combinada con el servicio de Guardacostas del país centroamericano, intervino un alijo de unos 700 kilos de cocaína en el interior de un barco de pesca a unas 80 millas náuticas de costas del país.
La droga se encontraba en un doble fondo debajo de unas dos toneladas de pescado dentro de la embarcación, tripulada por cuatro personas, todas ellas de nacionalidad costarricense, que quedaron detenidas de inmediato. Uno de los arrestados tiene antecedentes, pues fue condenado por tráfico internacional de drogas en el pasado, lo que, según Zamora, es un elemento que lleva a pensar que “deben endurecerse las penas” para quienes cometen esta clase de delitos.