Frank Pérez, abogado de Ismael El Mayo Zambada, el narcotraficante más buscado del mundo y que fue arrestado en extrañas circunstancias esta misma semana, explicó a medios norteamericanos que su cliente fue objeto de “un secuestro” tras ser engañado por Joaquín Guzmán jr, uno de los hijos de El Chapo Guzmán, miembro de Los Chapitos, facción del Cártel de Sinaloa que ganó fuerza en los últimos años.
El abogado asegura que varias personas obligaron a El Mayo a entrar en el avión que le llevó hasta El Paso (Texas), donde fue detenido oficialmente por agentes federales de Estados Unidos. En este escenario gana enteros la hipótesis de un pacto entre las autoridades estadounidenses y los citados Chapitos, teniendo en cuenta que dos de sus altos representantes, Ovidio Guzmán, alias Ratón, considerado el líder de la facción, y alias Nini, considerado el jefe de sicarios, se hallan en el país envueltos en sendos procesos que decidirán su futuro en vía judicial. Además el Gobierno de México no supo nada de la operación hasta que fue informado por Estados Unidos con el capo ya arrestado.
El delicado estado de salud de Ismael Zambada, que se declaró no culpable de los cargos que se le atribuyeron en el momento de ser detenido, y su declarado pánico a la cárcel, además de su avanzada edad (76) son elementos que apuntan a que una entrega por voluntad propia parezca muy poco probable, más aún atendiendo a las declaraciones de su representante legal.
Si se confirma esta línea de investigación, el cártel de Sinaloa podría entrar en una espiral violenta pocas veces vista hasta el momento, entre los seguidores de El Mayo y Los Chapitos, una guerra que solo beneficiaría al otro gran grupo criminal de México: el Cártel Jalisco Nueva Generación.