La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), analiza en un amplio informe el escenario actual del tráfico de drogas que afecta a Estados Unidos, con México como elemento clave, y amplía el foco hacia lo que sucede en otras partes del mundo. Señala que los dos grandes cárteles de la droga que siguen dominando los negocios ilícitos mantienen sus elevadas cuotas de poder, si bien marca algunos cambios que podrían ser relevantes en el futuro.
Si el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) mantendría a Nemesio Oseguera, alias El Mencho, como líder único, el Cártel de Sinaloa tendría a cuatro cabezas visibles. La primera y probablemente más poderosas sería la conocida como Los Chapitos, compuesta por los cuatro hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán-Loera, exlíder de Sinaloa que actualmente cumple cadena perpetua en una prisión de Estados Unidos. Ovidio Guzmán López, uno de ellos, fue arrestado por autoridades mexicanas en Culiacán, Sinaloa, en enero de 2023. En reacción, Los Chapitos y sus leales iniciaron un violento ataque contra miembros del ejército y las fuerzas del orden mexicanos utilizando armamento de grado militar, provocando incendios y bloqueando calles y carreteras. Ovidio Guzmán López fue extraditado a Estados Unidos en septiembre de 2023.
Los Chapitos están, según la DEA, en el centro de una batalla interna por el control del cártel contra el exsocio de de su padre, Ismael Zambada García, alias El Mayo, quien ha estado involucrado en el tráfico de drogas desde México desde la década de 1970 y ha codirigido el Cartel de Sinaloa durante más de 30 años. Además, la DEA informa que Ismael Zambada García se encuentra en mal estado de salud física, por lo que el liderazgo de su facción en cuestión.
Rafael Caro-Quintero fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara original, precursor de Sinaloa, y uno de los líderes responsable de ordenar el secuestro, tortura y asesinato del agente especial de la DEA Enrique Camarena en 1985. Fue sentenciado en México a 40 años de prisión, pero fue liberado bajo al amparo de la oscuridad, por motivos procesales, en agosto de 2013 después de cumplir sólo 28 años de su condena. Ese mismo mes, el Gobierno de México emitió una orden para su nuevo arresto. Rafael Caro Quintero fue finalmente recapturado en julio de 2022; Desde entonces, Los Chapitos han estado luchando contra su organización (conocida como el Cártel de Caborca) para el control de la región del desierto de Sonora, un ruta de tráfico a través del estado mexicano de Sonora hasta la frontera con Arizona.
La cuarta cabeza visible sería Aureliano El Guano Guzman-Loera, hermano de El Chapo, cuya cuota de poder se mantendría tras la entrada en prisión de Joaquín, la reciente extradición de Ovidio y los ya citados problemas de salud de El Mayo.
El Cártel de Jalisco, por su parte, opera bajo un modelo de negocio de franquicia. El cártel está supervisado por El Mencho Oseguera Cervantes, y un pequeño grupo de comandantes de alto nivel que reportan directamente a El Mencho. Un segundo nivel de jefes regionales, llamados ‘de plaza’, opera bajo los líderes del nivel superior.
El modelo de franquicia permite a cada grupo semiindependiente personalizar sus operaciones de acuerdo con áreas específicas de especialización (por ejemplo, dirigir laboratorios clandestinos de metanfetamina) o mercados concretos, siempre que cumplan con los requisitos de nombre, marca y estructura organizacional, y seguir la dirección general dictada por los líderes del Cártel de Jalisco.
El modelo de franquicia también permite que el Cártel de Jalisco se expanda rápidamente, ya que es fácil establecer nuevas franquicias. El Cártel de Jalisco también maximiza sus ingresos a través de este modelo, porque el liderazgo no paga los costos operativos de sus franquicias pero sí recauda un porcentaje de las ganancias totales. Sin embargo, la debilidad del modelo de franquicia es que los grupos de franquicia individuales que operan bajo el nombre del Cártel de Jalisco puede formar sus propias alianzas únicas con otros grupos criminales, algunos de los cuales están en directa oposición a las alianzas de otras franquicias, lo que genera duros enfrentamientos.
El Cártel de Sinaloa es una de las organizaciones criminales más antiguas de México y una de las más violentas y prolíficos cárteles de politráfico de drogas en el mundo. Dirigen el contrabando de fentanilo y otras drogas ilícitas a los Estados Unidos todos los días, desde paquetes más pequeños transportados por humanos, llamados “mulas”, hasta miles de kilos mezclados con bienes comerciales legítimos transportados en camiones-remolque.
El Cártel de Sinaloa ejerce su poder a través del miedo, las amenazas y la violencia, matando a policías locales, periodistas, miembros de otros grupos criminales que invaden su territorio sin autorización, víctimas civiles “en el lugar equivocado en el momento equivocado”, e incluso matar a sus propios miembros por percepción de deslealtad, desobediencia o para enviar un mensaje. El cártel comete delitos para promover y proteger sus intereses relacionados con las drogas, como soborno, extorsión y armas.
El Cártel de Sinaloa ha construido una asociación mutuamente rentable con un distribuidor de productos químicos con sede en China que aporta los proveedores para obtener los ingredientes que necesitan para fabricar drogas sintéticas, y con dinero chino de organizaciones de lavado de dinero para devolver las ganancias ‘limpias’ de las drogas al cártel en México.
El Cártel Jalisco Nueva Generación es uno de los más poderosos y despiadados y otro factor clave de las intoxicaciones mortales por drogas en los Estados Unidos. Desde su formación alrededor de 2011 a partir de los restos del cártel afiliado al de Sinaloa llamado Cártel del Milenio, el CJNG se ha vuelto totalmente independiente y ahora opera mucho más allá de las fronteras de México, con presencia en decenas de países alrededor del mundo y los 50 estados de Estados Unidos.
El Cártel de Jalisco utiliza sus vastos recursos financieros, la violencia, el soborno de funcionarios corruptos y la estructura de mando basada en franquicias para mantener y expandir su dominio en el mercado de drogas ilícitas en México.
Los miembros clave del Cártel de Jalisco están vinculados por lazos de sangre o matrimonio con los González Valencia, conocido como Los Cuinis, muchos de cuyos miembros y empresas han sido sancionados económicamente por Estados Unidos. Al igual que el Cártel de Sinaloa, el Cártel de Jalisco obtiene miles de millones de dólares en ganancias de la fabricación de metanfetamina y fentanilo ilícitos, y es uno de los principales proveedores de cocaína al mercado estadounidense.