Una operación conjunta desarrollada por la Policía Antinarcóticos y la Armada Nacional de Colombia sirvió para evitar un nuevo transporte de cocaína por vía marítima en dirección a América Central.
El hallazgo realizado por los marinos y los agentes policiales se centró en una embarcación sobre la que manejaban información de Inteligencia y que, a primera vista, no portaba droga. Sin embargo, todo cambió con una inspección más minuciosa, con la lancha ya en tierra.
Así, los agentes localizaron hasta 456 paquetes de cocaína encajados dentro del fuselaje de la narcolancha, evitando así su transporte hacia Centroamérica para su posterior remisión hacia los mercados de Europa y Estados Unidos, donde el valor de la droga se multiplica.