Nadie escuchó, que se sepa, los disparos. El triple asesinato se cometió con todas las precauciones del mundo y con una perfecta organización. Es poco probable que los autores hayan sido sudamericanos, si bien los fallecidos en Valencia (España) son de nacionalidad colombiana. En la prensa de ese país se da por hecho que hay un nombre de postín entre los tiroteados: Roberto Vega Daza, el último exponente de uno de los grandes clanes de la cocaína (y el sicariato) del Caribe colombiano, Los Vega. En Barranquilla, poco después de lo ocurrido, sí se escuchó ruido. Eran fuegos artificiales. Vega Daza tenía muchos enemigos en su país, más aún tras protagonizar, según autoridades colombianas, crímenes de sangre. Se libró de una muerte casi segura en 2023, en Puerto Colombia, donde un clan rival mató a su padre y a dos de sus hermanos. Él se llevó un balazo en la pierna del que se recuperó.
Volviendo al brutal crimen ocurrido en El Saler, inesperado y probablemente inédito en España (donde se ven ajustes de cuentas, pero con tres víctimas mortales no se recuerda), algunas fuentes apuntan a una organización marroquí como autora. Es cierto que el crimen organizado de ese país no hace prisioneros cuando se siente agraviado, y se habla de una pérdida de cocaína con la que estarían relacionados los fallecidos. Los cuerpos aparecieron en el interior de un coche tiempo después del crimen. Los tiradores usaron silenciador.
Tampoco se descarta una tercera línea de investigación que apuntaría a criminales balcánicos o incluso italianos. Los primeros dominan la entrada de cocaína por Valencia desde hace tiempo y con unos y otros, según detalla Colombia, habría intentado entretejer negocios turbios ‘Beto’ Vega Daza. La Guardia Civil investiga todos los indicios de un crimen que, sin embargo, será difícil de esclarecer. Mientras, la vivienda en cuya parcela se produjo la masacre en la que asesinaban a padre y hermanos de ‘Beto’ amanecía este miércoles con una pintada que decía ‘Game Over Los Vega’.
Investigadores colombianos detallan que el capo muerto tendría intereses en Venezuela y en Panamá, lugares por los que habría pasado antes de poner rumbo a Europa, donde acabó falleciendo.
