Una figura importante de un grupo del crimen organizado responsable de gestionar plantaciones de cannabis en Escocia ha sido encarcelada tras una investigación realizada por la Agencia Nacional contra el Crimen y la Policía de Escocia. La pena, ocho años de prisión, deja claro que a los traficantes le sale mucho más caro traficar en Reino Unido, por lo que acaban centrando el foco en países como España.
Agentes de la asociación conjunta contra el crimen organizado de Escocia identificaron al ciudadano albanés Ilir Kasa, de 52 años, en el entorno de dos propiedades en Glasgow y Harthill en abril de 2022. Cuando la NCA y los agentes de policía se trasladaron para registrar el primer sitio, ubicado en un antiguo banco en Great Western Road, Glasgow, descubrieron que contenía más de 350 plantas de cannabis y sistemas sofisticados para plantar, cultivar e irrigar. Posteriormente se encontró una instalación similar en la segunda ubicación en West Main Street, Harthill, que contenía otras 150 plantas. Los expertos de la NCA valoraron el botín combinado de cannabis en más de 300.000 libras esterlinas.
Tras las redadas, Kasa abandonó el país. Regresó a Escocia unos meses después y vivía en una dirección en Stepps en el momento de su arresto, en julio de 2022. Kasa fue acusado de dos cargos de producción de drogas de clase B y dos de suministro de drogas de clase B siguiendo la legislación británica. Tras un juicio en el Tribunal Superior de Stirling, el lunes 19 de febrero fue declarado culpable de esos cargos y encarcelado durante ocho años.
El gerente de operaciones de la sucursal de la NCA, Michael Miller, dijo que “Kasa era un miembro de alto rango de un grupo del crimen organizado responsable de administrar granjas de cannabis en lugares de todo el cinturón central de Escocia”. El inspector detective Alan Cuthbert de la Policía de Escocia, por su parte, dijo que “esta condena y sentencia envía un mensaje claro a cualquiera que esté involucrado en el crimen organizado de que el suministro de sustancias ilegales no será tolerado en nuestras comunidades”. Totalmente cierto. El mismo delito en España podría zanjarse con una pena que ni tan siquiera comportase el ingreso en prisión, según el caso.