La Policía Federal Rodoviária (PRF) incautó 62 kilos de cocaína, la tarde del martes, en Miranda (Mato Grosso do Sul). La droga estaba siendo transportada en una ambulancia de servicio, con médicos y pacientes en su interior. Sin embargo, el único detenido fue el conductor.
Agentes policiales inspeccionaban la Unidad Operativa cuando ordenaron que se detuviera una ambulancia. El conductor no se detuvo, sino que avanzó un kilómetro hasta que acabó por obedecer la orden mientras los policías lo seguían. El conductor dijo que no se detuvo antes porque no vio al equipo. Dijo que transportaba a un paciente desde Corumbá a Campo Grande, acompañado por dos médicos y una enfermera. Durante el interrogatorio, la policía sospechó del nerviosismo del conductor.
Las fuerzas de la PRF solicitaron que se abriera el compartimento de transporte del paciente, petición acatada por el equipo médico. Junto al asiento del conductor, los policías vieron una pesada maleta negra. Al ser interrogado, el conductor dijo que en la maleta había una pieza del motor y que la transportaba para una persona que no podía identificar.
Ante las sospechas, el equipo policial abrió la maleta y encontró las pastillas de cocaína, divididas en 45 kilos de clorhidrato y 17 kilos de pasta base de cocaína. Respecto al transporte de droga, el conductor confesó finalmente que realizaba el servicio desde Corumbá hasta Campo Grande. También dijo que el resto de personas presentes en el vehículo involucrados en el crimen.
La ambulancia y los médicos fueron autorizados a transportar al paciente a su destino, y el conductor fue detenido y trasladado a la Policía Judicial local.