El pasado viernes, un velero llamado Thiassi, de bandera alemana, fue interceptado aproximadamente a 196 millas náuticas de la costa de Salvador (Brasil) por las autoridades brasileñas, que lo estaban vigilando desde hacía un tiempo por sospechas de tráfico de drogas.
El barco, que llevaba a bordo cuatro tripulantes, todos ellos de nacionalidad brasileña, fue intervenido por la Policía Federal de Brasil con el apoyo de la Armada de Brasil, con tres toneladas de hachís a bordo. Todas las hipótesis apuntan a que la singladura del mismo transcurrió desde Sudamérica hasta costas cercanas a África cargado de cocaína y estaba efectuando el viaje de vuelta cargado con hachís como intercambio, en un sistema que lleva ya algunos años activo en el océano Atlántico.
El Patrullero “Guaratuba”, según la Agencia de Noticias de la Marinha de Brasil, atracó en la Base Naval de Aratu, en la madrugada del domingo, alrededor de las 0:30 horas, remolcando el velero, también llamado Kiel, interceptado mientras transportaba más de tres toneladas de hachís. La incautación es resultado de una acción interinstitucional entre la Armada de Brasil y la Policía Federal (PF).
La embarcación quedará bajo custodia de la Marinha, ubicado en la capital de Bahía, hasta que concluya el proceso legal, a fin de definir su destino final, mientras que la droga pasó a manos de la Polícia Federal. El alijo representa la segunda mayor incautación de este tipo de droga en el mar brasileño. El récord ocurrió en 2021, cuando el Patrullero Oceánico “Araguari” incautó 4,3 toneladas de droga, a unos 360 km de la costa, cerca de Recife (PE), en otra acción entre la MB y la PF, en coordinación con agencias extranjeras.