La incesante actividad en torno a la distribución de cocaína vuelve a la primera línea de la actualidad, ya no solo por el desarrollo de un nuevo operativo en O Salnés, sino por la identidad de los principales investigados. El nombre más famoso, Juan Carlos Santórum, fue detenido en la tarde del miércoles cerca de su domicilio en Vilanova. En cascada,
los agentes del Greco Galicia arrestaron a seis personas más, algunas de ellas también muy conocidas por sus vínculos con el narcotráfico en las Rías Baixas pero que, para mantener el buen fin de la investigación, deben reservarse por el momento. De ellos solo puede trascender por ahora el de Ismael C., persona de gran confianza de Santórum. Y tras los
arrestos llegaron los registros, que resultaron fructíferos: se incautaron más de 60 kilos de cocaína y una importante cantidad de dinero en efectivo, todo ello evidencia más que clara de la actividad delincuencial que se venía investigando.
La operación policial se desarrolló de forma muy veloz, comenzando el miércoles y avanzando durante toda la madrugada de este jueves. A primera hora de la mañana, los registros habían finalizado, la droga había sido incautada y los detenidos ya estaban en los calabozos, la mayoría de ellos en la Comisaría Provincial de Pontevedra. Los efectivos de la unidad desplazada a la ciudad del Lérez de la Udyco Central se desplegaron con apoyo de distintas unidades más de la Jefatura Superior de Policía de Galicia y de los servicios centrales de Madrid para el buen fin del dispositivo, que se extendió por los términos municipales de Vilanova, Cambados y Ribadumia, que, por otra parte, son los escenarios habituales de esta clase de redadas.
Los investigadores nunca dejan de perseguir a las personas que se dedican al tráfico de drogas, conscientes de que la reincidencia en este delito es un factor diferencial. La organización supuestamente liderada por Santórum se sabía muy vigilada. Sin ir más lejos, hace apenas un mes recibió un golpe de mano por parte de agentes de la Comandancia de A Coruña de la Guardia Civil, que detectaron un pase de cinco kilos de cocaína y también incautaron más de 100 kilos de hachís, además de otras sustancias como MDMA.
La investigación que culminó ayer viene dada por el descubrimiento de un nuevo modus operandi que estaba empleando la organización desmantelada (probablemente como alternativa a los tradicionales): emplear las rutas de otro tipo de sustancias para adquirir cocaína para su posterior distribución en el territorio.
Este periódico ha podido saber que las partidas de cocaína intervenidas en el operativo no entraron en Galicia por las Rías Baixas, sino que llegaron por una nueva alternativa. De las presentes pesquisas se extrae que la red desmantelada disponía de una ‘guardería’ que pensaba segura, lugar donde ‘enfriaba’ los alijos que supuestamente llegaban en coches caleteados por singladuras muy distintas a las conocidas de lanchas, veleros, pesqueros o narcosubmarinos. Todo ello deberá ser acreditado por la vía judicial, pero por el momento son esos los indicios que están sobre la mesa de las autoridades.
El historial delictivo de Juan Carlos Santórum es largo en cuanto a investigaciones pero no tanto si atendemos a las condenas que se le impusieron hasta el momento. Hace más de una década ya se le intentó vincular con grandes alijos de hachís, sin suerte. Poco tiempo después sí fue cazado (y condenado) por recibir soplos de dos guardias civiles de Pontevedra en relación con operaciones abiertas. Precisamente esa pena de cárcel fue la que le llevó a ingresar en prisión, eso sí, después de que fuese investigado una vez más por el supuesto liderazgo del grupo de lancheros que iba a recoger los 4.000 kilos del mercante Karar, apresado en pleno confinamiento. Por esos hechos, se enfrenta a una posible pena de 18 años de prisión.