La Policía Nacional desvela que Ismael Cores, hasta ahora considerado lugarteniente de Juan Carlos Santórum, la presunta organización dedicada al tráfico internacional de cocaína (ambos están acusados por el alijo de cuatro toneladas del mercante Karar), habría creado su propia red criminal, convirtiéndose en uno de los mayores distribuidores de droga colombiana en el Norte de España. Así lo acredita lo investigado en la operación Lumebó, que, como viene contando este periódico desde la semana pasada, se saldó con siete detenidos, entre ellos los dos citados, y el hallazgo de 65 kilos de cocaína, 50 de ellos en Gijón y los 15 restantes en O Salnés, lugar de partida de la sustancia. La droga, se piensa, no entró en la Península por Galicia, sino que lo hizo por costas de Huelva.
La investigación comenzó el pasado mes de abril, cuando los agentes comprobaron que uno de los detenidos, el citado Cores, también vecino de Vilanova, “había logrado la total independencia de la organización de la que dependía anteriormente”, el Clan Santórum, reflejan los agentes. Los investigadores corroboraron que este varón estaría ahora liderando una nueva red, y detectaron la presencia de varios vehículos y personas que identifican como transportistas de droga en la zona de influencia.
Por este motivo, se estableció un dispositivo de vigilancia, seguimiento y control sobre el vehículo sospechoso de transportar cocaína que había sido recogida en O Salnés. Los agentes lo interceptaron cuando se iba a introducir en una zona de aparcamientos custodiada por la organización en Gijón (Asturias) e intervinieron, en una caleta fabricada en los bajos de una furgoneta camperizada, 50 kilos de cocaína.
Fruto de esta operación, los agentes procedieron a la detención de siete personas (una persona en Gijón y el resto en Pontevedra), e intervinieron 15 kilos de cocaína y 7,5 de hachís que estaban escondidos en un trastero de Gijón alquilado por la conductora de la furgoneta.
El líder de la red escondía en su vivienda cerca de 1,5 millones de euros
En el registro llevado a cabo en la vivienda del líder de esta red criminal se intervino cerca de un millón y medio de euros, los cuales fueron encontrados gracias a uno de los perros de la Unidad de Guías Caninos de A Coruña. En otros inmuebles se localizaron más de 400.000 euros en efectivo, así como numerosas joyas. Asimismo, los agentes procedieron a solicitar el bloqueo de cuatro inmuebles a nombre de los investigados con una valoración de más de 350.000 euros, así como productos en ocho entidades financieras.
Un comentario