La Policía de Turquía detuvo en las últimas horas en una lujosa vivienda de la localidad de Besiktas a Kristijan Palic, de nacionalidad croata, acusado de organizar importantes cargamentos de cocaína entre Sudamérica y Europa en nombre del Balkan Cartel. Se trata del tercer detenido de la que se considera mayor red mundial de tráfico de drogas en la actualidad en el país, tras la caída del albanés Dritan Rexhepi, primero, y del croata Nenad Petrak, después.
La captura se realizó en base a una notificación azul por parte de Interpol y es una muestra más, la tercera en pocos días, de que los días de vino y rosas de los grandes capos de la droga en Turquía han concluido, y ello es así tras un cambio radical en las políticas de un país que hasta este momento les ‘permitía’ vivir con toda clase de lujos pero que ahora responde a las peticiones de sus socios internacionales, causándoles un serio quebranto a las redes criminales y, en concreto, al Balkan Cartel.
Palic era reclamado no solo en distintos países europeos, sino también en Brasil, país en el que tendría intereses a la hora de enviar los alijos de droga a través del Atlántico. Se considera que operaba en colaboración con Nenad Petrak, el arrestado el día anterior en otra localidad de Turquía.