La larga enfermedad que le delató y le puso en manos de los Carabinieri tras años fugado de la Justicia ha acabado con la vida del capo di tutti capi, Matteo Messina Denaro, que murió en el centro hospitalario de l’Aquila. El alcalde de esa localidad del centro de Italia, Pierluigi Biondi, dio la noticia y recordó que “para mí, y para muchos como yo, 1992 marcó un nuevo comienzo de compromiso político. Hoy continuamos en ese camino”, refiriéndose al histórico asesinato de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino orquestado por el ahora fallecido. Denaro estaba en una prisión de máxima seguridad.

Messina Denaro, que fue capturado cuando acudía a una clínica de Palermo para someterse a tratamiento por el cáncer que padecía, dominó con puño de hierro la Cosa Nostra hasta el cambio de siglo. Precisamente la interceptación de comunicaciones relativas a su dolencia fue clave para su captura. «Una gran victoria del Estado que demuestra que no se rinde ante la Mafia. A raíz del aniversario del arresto de Totò Riina, otro líder del crimen organizado, Matteo Messina Denaro, es llevado ante la justicia». Así celebraba la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, la caída del jefe de la Mafia, que fue detenido solo unos meses más tarde de otra importante operación del mismo cuerpo de Carabinieri contra personas directamente relacionadas con él del Sur de Italia.

Es por ello que los Carabinieri, la Polizia di Stato y la Guardia di Finanza, además de otros cuerpos policiales especializados, tienen una ingente tarea por delante.

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