Las últimas 48 horas resultaron de una frenética actividad para muchos de los mejores policías antidroga de Galicia (España). Meses de investigación conjunta entre el Cuerpo Nacional de Policía y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria desembocaron en la interceptación de un pase de cocaína, de unos tres kilos, en las inmediaciones de Vigo, primero, y en la detención de una decena de personas en toda la franja atlántica de la Comunidad Autónoma, todas ellas bajo la presunta dirección de Javier C.M., viejo conocido de las fuerzas policiales y que residía en un lujoso chalé de una urbanización privada de A Caeira, en la zona más exclusiva del extrarradio de Pontevedra.
El operativo, en su fase de explotación, comenzó el martes, con los seguimientos a las personas que, según sospechaban, iban a realizar un pase de cocaína con destino a la ciudad olívica. Para evitar que la droga llegase a su destino, los agentes actuantes interceptaron el turismo, detuvieron a su conductor y se hicieron con la mercancía ilícita. Ese fue el punto de partida para lo que sucedería en la jornada de ayer.
(UIP), así como los GOR (Grupo Operativo de Respuesta), especialistas en Policía Científica y guías caninos con sus perros adiestrados, todos ellos repartidos por las distintas localidades que iban a ser objeto de registro: la comarca de Ferrol y A Coruña, O Salnés, Pontevedra -Poio- y Vigo.
El engranaje desarticulado tenía su centro de distribución de cocaína en Vilagarcía de Arousa, punto al que la investigación no consiguió llegar, donde se encontrarían las ‘guarderías’ con la cocaína recién llegada desde Sudamérica. Javier C.M. manejaría, según se sospecha, los contactos precisos con los citados dueños de la mercancía, de forma que podría activar a toda una red de distribuidores que tenía su base en el entorno de A Coruña y de Ferrolterra y que hacía entregas empleando vehículos de alta gama, algunos de ellos caleteados, a clientes de las principales ciudades del Eje Atlántico y también a la cercana Asturias.
En el marco de los registros, los investigadores hallaron todos los indicios que esperaban en relación con la actividad delictiva que estaban investigando. Por una parte, pudieron conectar a los distintos investigados entre sí. Por otra, incautaron más cocaína, además de hachís e incluso heroína, señales todas ellas inequívocas de las actividades ilícitas a las que se dedicaban los ahora detenidos. Los antidisturbios ofrecieron apoyo a los agentes especializados en los
lugares más sensibles, que no solo fueron viviendas, sino también locales de ocio relacionados con el sector hostelero, puntos habituales empleados por los narcos para blanquear sus beneficios ilícitos.
Entre los hallazgos, se alcanzaron una suma aproximada de seis kilos de droga, la mayor parte cocaína, pero también hachís y heroína, todas ellas en cantidades destacables que acreditan que las sustancias estupefacientes estaban preparadas para su puesta a la venta en los canales clandestinos de Galicia y Asturias. Junto a ello, fue intervenida una importante cantidad de dinero en efectivo, más de 50.000 euros, otro indicio significativo. También se encontraron numerosas básculas de precisión para el pesaje de las dosis y otros útiles relacionados con el proceso final antes de la venta. Junto a ello, la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera incautó una decena de turismos de gama alta vinculados con los diez detenidos, el que cayó el martes en el coche en Vigo y los nueve restantes que fueron arrestados en cascada en la redada de este miércoles.
Una de las características que ya no define a los narcotraficantes de gran nivel desde hace años pero que sigue siendo seña de identidad de algunos de los que se dedican a la distribución de drogas a mediana escala es la ostentación de su ‘trabajo’ y de su capacidad económica. Ejemplo de ello no era el presunto cabecilla, que se cuidaba mucho de no
llamar la atención (si bien se movía en coches de altísima gama), pero sí algunos de sus presuntos colaboradores. Así, algunos de los detenidos en la provincia de A Coruña no solo hacían gala de su ocupación sino que llegaban a subir vídeos a las redes sociales con sus propias imágenes y comentarios, con lo que parece paquetes con dinero en efectivo en las manos y mostrando sus ‘viajes’ a O Salnés y, en concreto, a Sanxenxo. Tales prácticas están denostadas por los grandes capos, pero siguen muy vivas entre los traficantes de la nueva ola, no solo en Galicia, sino también en el Sur de España.
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