Las autoridades de Colombia, en una operación combinada entre la Armada, la Policía Nacional y el Ejército, llevaron a cabo una nueva operación que supuso un duro golpe contra las redes dedicadas a la elaboración de clorhidrato de cocaína en las selvas del interior del país.
En el marco de un registro, dieron con barcazas de gran tamaño en el río Inírida, afluente del Guaviare que dispone de 1.000 kilómetros navegables. En las mismas, relatan fuentes oficiales, se hallaron 4.600 galones de combustible, el equivalente a unos 17.000 litros, además de diez toneladas de cemento, todo ello sin ninguna clase de documentación acreditativa del origen ni del destino, lo que deja claro su futuro: los laboratorios para la producción de cocaína, tarea para la que son precursores esenciales.